La izquierda populista latinoamericana estaría impulsando en Perú, con la destitución de Pedro Castillo, una narrativa similar a la que se usó en Venezuela en abril del 2002, cuando Hugo Chávez fue depuesto, convertido en víctima y restituído al poder.
El Político
La intensificación de las protestas en Perú, que ya acumula nueve muertos, empieza a preocupar por la evidente intromisión de los gobiernos populistas de izquierda de América Latina, a los cuales se acusa de estar estimulando las protestas y defenestrar a quienes rechazan al presidente Pedro Castillo.
La muestra más evidente sin duda es la abierta intromisión del Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, el primer aliado a quien acudió Pedro Castillo cuando desconoció al Congreso y quiso disolverlo. Lo que llevó a su destitución. AMLO sin pensarlo mucho de inmediato le ofreció asilo.
Las acciones posteriores dejan entrever muchas similitudes con el guión que se aplicó en Venezuela en abril del 2002, cuando, en medio de una escalada de protestas en contra de las políticas aplicadas por su gobierno, el presidente Chávez fue depuesto, victimizado por una izquierda latinoamericanéa liderada por Fidel Castro, y restituido en medio de unas violentas manifestaciones protagonizadas por los colectivos armados por el propio Chávez.
Por qué es importante
La acción coordinada desde México permite perfilar un patrón que ya se vió en la Venezuela de Chávez y en la Bolivia de Evo.
Mediante el cual los mandatarios electos violan sus constituciones y si son destituidos, se argumenta que es un golpe de estado y se usan grupos armados, financiados y articulados por los gobiernos aliados de izquierda, para desestabilizar los gobiernos de transición y forzar el retorno de los mandatarios depuestos.
Quienes aprovechan para establecer "Estados de Excepción" y mediante decretos desmantelan los contrapesos a su poder.
Analistas consideran que es un guión desarrollado y perfeccionado por el Foro de Sao Paulo, para imponer su modelo socialista en América Latina.
En contexto: El guion
Pronunciamiento contra el gobierno Dina Boluarte
López Obrador tomó la iniciativa y junto con los gobiernos de Argentina, Colombia y Bolivia, emitió un comunicado en el que desconocen la destitución de Castillo y la sucesión por su vicepresidenta, Dina Boluarte, tal y como marca la Constitución.
Una declaración que causó sorpresa en el nuevo gobierno peruano. En el manifiestan su "profunda preocupación por los recientes sucesos que resultaron en la remoción y detención de Pedro Castillo, presidente de la República del Perú".
Victimización de Castillo
Los gobiernos aliados de Castillo, que cuenta desde hace meses con el apadrinamiento político de Andrés Manuel López Obrador en su comunicado descalifican las actuaciones de la justicia peruana y sin más atribuyen todo a que ."Castillo fue víctima de un antidemocrático hostigamiento".
"Nuestros gobiernos hacen un llamado a todos los actores involucrados para que prioricen la voluntad ciudadana que se pronunció en las urnas (…) Exhortamos a quienes integran las instituciones de abstenerse de revertir la voluntad popular expresada con el libre sufragio", sermonearon los firmantes en el comunicado.
AMLO asume el liderazgo del apoyo Fidel Castro lo hizo con Hugo Chávez.
Los lastimeros mensajes de Castillo
En una serie de mensajes compartidos en redes sociales, Pedro Castillo dijo este lunes que no ha renunciado a su cargo de presidente de Perú y rechazó la convocatoria a nuevas elecciones que planteó la presidenta que lo sustituye, Dina Boluarte.
A través de su cuenta de Twitter, Castillo compartió una carta en la que afirma que ha estado "humillado, incomunicado, maltratado y secuestrado", en referencia a la prisión preventiva que pesa en su contra al ser investigado por el delito de "rebelión".
Un mensaje muy similar al que usó Hugo Chávez en Abril de 2002, cuando aseguró que no había renunciado, pese a que su Ministro de la Defensa, Lucas Rincón Romero, había anunciado en cadena nacional de radio y televisión que se le había pedido la renuncia…"lo cual aceptó".
Los hechos
El pasado miércoles, el destituido presidente ordenó sin éxito la disolución del Congreso, instauración de un gobierno de emergencia, puesta en marcha de un toque de queda, detención de la fiscal general y la intervención de tribunales y poderes públicos.
Fiscales peruanos mantienen seis investigaciones abiertas contra Castillo, a quien consideran el líder de un grupo criminal que se dedicaba a sumar sobornos y comisiones de contratas del Estado y otros negocios.
Parte de su familia, algunos colaboradores estrechos y diputados corruptos formaban parte de este grupo.
Lo que sigue: ¿Un Hugo Chávez a la peruana?
La sombra los hechos de abril del 2002 en Venezuela se pasea con fuerza sobre el Perú.
Fue cuando Hugo Chávez, el presidente venezolano renunció en medio de una de las protestas civiles más multitudinarias que fue repelida a balazos por los "colectivos del régimen" y cuyos adversarios no supieron que debían hacer. Lo que fue aprovechado por sus seguidores para alentar su rescate y retitución al poder.
Es lo que al parecer pretende emular el propio Castillo y quienes desde el exterior, dirigidos por AMLO, sueñan con esa solución.
Una solución a la situación personal de Castillo es imprescindible, antes que los peruanos tengan que lamentarse por haber creado un nuevo Chávez en la región.
Fuente: Agencias