La escasez de combustible y el deficiente servicio de energía eléctrica que produce largos cortes de la red eléctrica ha sido parte del día a día de Cuba durante mucho tiempo, pero ahora, unido al intenso verano, la situación ha empeorado.
El Político
Por primera vez desde que los Castro y su camarilla se instalaron en el poder, las protestas por los deficientes servicios públicos se hacen notorias, lo que ha intensificado la represión del régimen que dirige Miguel Díaz-Canel.
La crisis energética preocupa especialmente a los funcionarios del gobierno después de las protestas generalizadas del año pasado, las mayores desde la Revolución cubana, que comenzaron después de que los residentes se hartaran de los apagones y salieran a la calle.
Estas protestas, reprimidas con severidad, volvieron a producirse la semana pasada cuando los habitantes de la ciudad occidental de Los Palacios golpearon furiosamente ollas y sartenes en un "cacerolazo" para protestar por un apagón nocturno.
Los residentes informaron que el servicio de Internet estuvo cortado durante varias horas y que las autoridades locales consiguieron finalmente calmar a los manifestantes. Al menos por el momento.
Un barril de pólvora
"Cuba parece un barril de pólvora que puede estallar en cualquier esquina", dijo un habitante de Los Palacios, que por razones obvias, no quiso dar su identificación.
Además, el gobierno informa de manera irregular sobre los apagones y la escasez; muy pocas veces son noticias agradables.
"La situación es compleja y tensa en este momento, pero tiene solución aunque no se produzca de inmediato", dijo el ministro de Energía y Minas, Livan Arronte Cruz, durante una aparición en la televisión estatal, donde también admitió que los apagones continuarán durante el verano.
Funcionarios de Cuba afirman que las sanciones de Estados Unidos, que aumentaron exponencialmente durante el gobierno de Trump y se han mantenido en gran medida bajo el mandato del presidente Biden, hacen que la compra de piezas de repuesto para las plantas de energía e incluso el combustible sea difícil y más costosa.
Fuentes del gobierno estadounidense aseguran que el gobierno de Cuba está produciendo menos del crudo que necesita para hacer funcionar las plantas de energía de la isla y se enfrenta cada vez más a un déficit energético.
Ayuda extranjera no convence
Las inversiones en energías renovables no han dado resultados hasta ahora.
Una empresa conjunta china propuesta para construir un parque eólico está retrasada, y un proyecto británico para convertir los residuos de la molienda de la caña de azúcar en energía se vio obstaculizado por la reciente mala cosecha, la peor en Cuba en más de 100 años.
Aún más perjudicial es la falta de inversión del gobierno en el mantenimiento de la red eléctrica envejecida.
Las autoridades cubanas reconocen que no hay reparaciones significativas en el horizonte y que lo mejor que pueden hacer es seguir arreglando las plantas existentes e importando el combustible que puedan.