Ante la actual crisis que atraviesa el país, el venezolano se ha visto en la necesidad de cambiar muchos de sus hábitos y adaptarse a la situación en función de sobrevivir. Las prioridades de las personas migraron del trabajo, la sociabilidad y la recreación al mero intento de llevar una vida digna dentro de sus posibilidades.
Este drástico cambio que se ha acentuado en los últimos años, además de consecuencias para la integridad física del ciudadano, repercute también en su rol en la sociedad y en su salud mental.
Jorge Tricás, profesor de Sociología Política de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), aseguró que Venezuela vive en un sistema de gobierno totalitario que trabaja sobre la base de una sociedad de masas, sociedad que es acrítica, conformista, insolidaria y finalmente atomizada.
“Atomizada es una sociedad que se caracteriza por una forma de vida centrada en el aislamiento. Por la precariedad de la situación económica, la gente tiene que resolver su vida material antes de preocuparse por la convivencialidad cívica. La única ocupación, la única función y el único cometido que ocupa las horas del día del venezolano es la supervivencia”, puntualizó.
Tricás explicó que existe una sociedad que está polarizada. Por un lado, existe un grupo simpatizante del gobierno que goza de los privilegios relativos que ofrece el momento y su contraparte son los ciudadanos que llevan una vida restringida, dominada por el conformismo.
Además de la polarización de la sociedad, la situación del país origina en los ciudadanos afecciones a nivel psicológico que alteran su dinámica cotidiana.
La psicóloga María Concepción Pablo explicó que la crisis que atraviesa el país puede verse reflejada en los venezolanos en trastornos de ansiedad, ataques de pánico y depresión, que son cada vez más frecuentes.
“Normalmente son jóvenes las personas cuyo principal motivo de consulta es la crisis del país. Tienen deseos de migrar y están presentando problemas en el entorno familiar porque la mayoría de los padres recomienda culminar los estudios en el país por el alto costo de los mismos en el exterior”, puntualizó Pablo.
También aseguró que todos sus pacientes, de una forma u otra, se ven afectados por la crisis de Venezuela. “En este momento no tengo ningún paciente que dentro de su hora de consulta no haga alusión o mencione la situación del país”, dijo Pablo.
A pesar de todo, la psicóloga descartó, en la mayoría de los casos, la posibilidad de que se genere un trauma permanente en los ciudadanos. Aseguró que los seres humanos tienen una gran capacidad de adaptarse que les permite superar este tipo de eventos.
Consecuencias a futuro
Desde el punto de vista socio-político, el profesor Tricás afirmó que, por la crisis que viven los venezolanos, puede existir una fragmentación de la sociedad.
“Los venezolanos en esa situación están perdiendo sus condiciones humanas, están perdiendo ese aspecto de sociabilidad que los caracteriza y se está perdiendo la cohesión social”, aseveró Tricás.
Los ciudadanos, a causa de la precariedad y la incertidumbre, a la larga pierden su sentido de civilidad y sentido común y esto puede conllevar a una ruptura total en la sociedad.
Denuncian que el gobierno explota a trabajadores del plan Chamba Juvenil
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El profesor, sin embargo, aseguró que existe una posibilidad de cambio que puede darse si las personas deciden organizarse y sublevarse ante la opresión.
“Eso es lo que yo veo como futuro: o insurges o te ves sometido. La peor forma de dominación que ha sido capaz de inventar el hombre en la historia es una dominación totalitaria”, concluyó Tricás.
La crisis general que sufre el país, en el futuro, puede realmente modificar el comportamiento de los ciudadanos hasta llegar al punto de volverlos apáticos e insolidarios, enfocados únicamente en la supervivencia, haciendo aún más fácil y total su dominación.