La jueza Amy Coney Barrett fue la designada por el presidente Donald Trump para ocupar la vacante que dejó Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema.
El Político
Su elección ahora genera algunas dudas por sus estrechos vínculos con un grupo religioso cristiano carismático que sostiene que los hombres son los “jefes” de la familia y de la fe por decisión divina.
Lancaster Online reportó que exmiembros de la congregación People of Praise dicen que enseña que la mujer debe someterse a la voluntad del marido.
Barrett, quien tiene 48 años, se crió en Nueva Orleans en una familia con fuertes lazos con esa organización y en el 2017 era fideicomisaria de Trinity Schools Inc., afiliada a People of Praise, según las declaraciones de impuestos de esa organización sin fines de lucro.
People of Praise es una comunidad religiosa basada en el catolicismo carismático, un movimiento influenciado por los pentecostales que pone énfasis en la relación personal con Jesús y que puede incluir el bautismo en el Espíritu Santo y hablar en lenguas.
Los allegados a Barrett dicen que las alusiones a su participación en People of Praise constituyen actos de discriminación que buscan entorpecer su confirmación en el Senado.
Varias personas allegadas a People of Praise declararon que la agrupación es malentendida. La describen como una hermandad cristiana que procura crear una comunidad.
Pero hay quienes la pintan como una organización jerárquica, autoritaria y controladora, cuyos hombres dominan a sus esposas, sus líderes manejan la vida de sus miembros y quienes se van son marginados.
Padres miembros de People of Praise
El padre de Barrett, Michael Coney Sr., lideró la rama de People of Praise de Nueva Orleáns e integró la Junta de Gobernadores, todos hombres, hasta el 2017. Su madre, Linda Coney, era la “sirvienta”, como se denomina a una mujer que guía a las otras.
“Uno de los principios básicos de People of Praise es la libertad, el ejercicio de nuestra propia voluntad siguiendo al Señor y a nosotros mismos, lo que creemos que es lo correcto”, dijo Michael Coney, de 75 años, el viernes.
Coney, el padre de Barrett, dijo que la sumisión de las mujeres que describen algunos antiguos miembros de la congregación es producto de una mala interpretación de las enseñanzas de la organización. Es abogado y niega que las creencias religiosas de su hija puedan afectar sus opiniones si es confirmada en la Corte Suprema.
“Es una gran abogada y hará cumplir las leyes independientemente de sus creencias”, afirmó.