Una reciente encuesta de Gallup (publicada en Octubre de 2024) se ha revelado que la confianza de los estadounidenses en los medios de comunicación ha alcanzado un nuevo mínimo histórico.
Solo el 31% de los encuestados afirma tener "mucha" o "bastante" confianza en que los medios informen de manera completa y justa. Este dato es especialmente alarmante, ya que por tercer año consecutivo, más estadounidenses (un 36%) dicen no confiar en absoluto en los medios.
La encuesta, realizada entre el 3 y el 15 de septiembre del pasado año, muestra una tendencia preocupante que se ha mantenido desde 2016, cuando la confianza cayó por primera vez al 32%. A lo largo de las décadas, la confianza en los medios ha disminuido drásticamente; en la década de 1970, entre el 68% y el 72% de los estadounidenses confiaban en ellos.
El factor política
Un aspecto notable es la división política: el 54% de los demócratas confía en los medios, mientras que solo el 27% de los independientes y un alarmante 12% de los republicanos comparten esta opinión. Esta brecha es significativa, ya que refleja cómo las creencias políticas influyen en la percepción de la información.
Además, las diferencias generacionales son marcadas. Los mayores de 65 años muestran una mayor confianza (43%) en comparación con solo el 26% de aquellos menores de 50 años. Este escepticismo entre las generaciones más jóvenes plantea un desafío adicional para los medios, que deben encontrar formas efectivas de reconectar con una audiencia escéptica.
Los resultados de la encuesta colocan a los medios como la institución menos confiable entre las diez principales entidades cívicas y políticas del país, incluso por debajo del Congreso, donde solo el 34% expresa confianza. En contraste, las instituciones locales y estatales gozan de mayor credibilidad: un 67% confía en sus gobiernos locales y un 55% en los estatales.
Este contexto plantea serias preguntas sobre el futuro del periodismo. La creciente desconfianza hacia los medios no solo afecta su reputación, sino que también tiene implicaciones más amplias para la democracia y la sociedad en general.
Según Megan Brenan, redactora jefe de Gallup, "la confianza en los medios está en su punto más bajo desde 2016″, un momento crítico para evaluar cómo estos pueden recuperar la fe del público.
La situación actual es un llamado a la acción para todos aquellos involucrados en el periodismo. Con una audiencia cada vez más polarizada y desconfiada, es esencial que los medios trabajen para demostrar su compromiso con la precisión y la imparcialidad.
La pregunta que queda es: ¿cómo pueden los medios superar esta crisis de confianza y volver a ser vistos como una fuente confiable de información?