Un estudio preliminar de la Universidad de Harvard plantea que hay reservorios del virus Sars-Cov-2 en diferentes partes del cuerpo.
El Político
Esto trae como consecuencia la llamada Covid de larga duración, o prolongada, en cierto tipo de pacientes.
Desde el inicio de la pandemia por el coronavirus, hubo evidencias de que algunas personas afectadas eliminan material genético del virus en sus heces durante meses.
Después haber padecido la enfermedad de Covid 19, su organismo sigue eliminando restos, por varias vías.
Esos casos se consideraron inicialmente como una curiosidad. Pero ahora existe la sospecha de que los focos persistentes del coronavirus en el intestino, o en otros lugares del organismo humano pueden estar contribuyendo al desarrollo de la Covid de larga duración o Covid prolongada, un síndrome que puede implicar más de 200 síntomas.
Covid-19 prolongada: síntomas que duran meses son ahora el mayor reto de la pandemia https://t.co/hX17OwMZQR pic.twitter.com/TW9Iz8pNbJ
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Habla un experto
En este sentido, el profesor David Walt y sus colegas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard descubrieron proteínas del coronavirus.
Estas son más frecuentemente en la proteína viral de la espiga del virus, en la sangre del 65% de los pacientes con Covid prolongada, que analizaron.
La evidencia indica que esta condición se mantiene hasta 12 meses después de que habían sido diagnosticados.
El estudio de Harvard fue pequeño y preliminar y aún no pasó por la revisión de pares. Pero proporciona algunas de las pruebas más convincentes hasta ahora.
Es decir, los reservorios del virus podrían estar contribuyendo a la mala salud de las personas a largo plazo.
"La vida media de la proteína de la espiga en el cuerpo es bastante corta, por lo que su presencia indica que debe haber algún tipo de reservorio viral activo”, dijo Walt.
La COVID prolongada puede afectar a los niños, incluso a los bebés https://t.co/KL3vJoRKxb
— Chriscelia R Devzquz (@devzquz48) June 25, 2022
Se esconde en los intestinos
La proteína de la espiga del coronavirus no se detectó en la sangre de los pacientes que tuvieron Covid 19 y que no tenían síntomas continuos.
Un trabajo anterior había detectado material genético del coronavirus en muestras de heces de niños con síndrome inflamatorio multisistémico.
Esta es una complicación grave que suele aparecer unas cuatro semanas después de contraer la infección.
Al tratarlos con un fármaco que reducía la permeabilidad intestinal, se eliminaba rápidamente la proteína espiga y mejoraban los síntomas.
Ahora, la hipótesis del doctor Walt es que algo similar a lo que se detectó en los niños puede estar ocurriendo en las personas con Covid prolongada.
Persistencia viral
Si otros grupos de investigadores pudieran replicar los hallazgos de Walt, se acabaría la idea de que los focos del virus no siguen presentes en al menos algunos pacientes con Covid prolongada.
Otros grupos también han encontrado pruebas de que el virus sigue estando presente. Esto se conoce como “persistencia viral”.
Sucede en pacientes que se han recuperado de la infección por el coronavirus.
En abril pasado, Ami Bhatt, de la Universidad de Stanford, y sus colegas informaron que alrededor del 13% de las personas seguían eliminando ARN viral en sus heces cuatro meses después de contraer el coronavirus. Y casi el 4% seguía haciéndolo a los siete meses.
Estas personas también reportaron síntomas gastrointestinales continuos, como náuseas, vómitos y dolor abdominal.
"La cuestión es si la presencia continuada del virus en el intestino o en otro lugar puede hacer una especie de cosquillas al sistema inmunitario y hacer que haya síntomas persistentes", dijo Bhatt.
La fatiga, la pérdida prolongada del gusto y la dificultad para respirar son solo formas en que el COVID-19 prolongado puede afectar su salud después de que desaparezca la infección inicial de COVID-19. Consulte a su médico si tiene problemas después de su infección por COVID. pic.twitter.com/sSkSpBGQWQ
— hcphtxenespañol (@hcphtxenespanol) June 26, 2022
Más escondites
En otra investigación, se analizó el tejido intestinal de 46 personas con enfermedad inflamatoria intestinal.
Estos se habían recuperado de un cuadro leve. Pero se descubrió que el ARN o las proteínas virales podían seguir detectándose en el 70% de los casos, siete meses después.
Aproximadamente dos tercios de estas personas declararon que seguían teniendo síntomas como fatiga o problemas de memoria: Mientras que ninguno de los que no tenían el virus detectable lo tenía.
Otras investigaciones preliminares han recuperado el virus —en algunos casos el virus replicado— de otros lugares anatómicos, como los ojos, el cerebro y el corazón, muchos meses después de que las personas se infectaran.
Covid persistente: ¿Por qué las mujeres son más propensas a padecerlo? https://t.co/KvNJWV3kTM
— Europa Sur (@europa_sur) July 3, 2022
Un virus muy persistente
La persistencia viral también se observa en otras enfermedades, como el Ébola. En las que el virus se esconde en “santuarios anatómicos” como el globo ocular o los testículos.
Que son menos accesibles al sistema inmunitario, y que se cree que contribuyen a los síntomas continuos, como el dolor articular y muscular, o la fatiga, en muchos sobrevivientes.
Aun así, todavía no hay pruebas definitivas de que los reservorios virales contribuyan a la Covid de larga duración o Covid prolongada.
En este sentido, al doctor Bhatt le gustaría que se realizaran más estudios. Esto antes de llegar a esta conclusión. Algunos de ellos ya se están llevando a cabo.
Uno de los trabajos en curso es el estudio Recover de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU.
Está buscando signos de coronavirus en muestras de heces y tejido intestinal de personas con Covid prolongada.
"La COVID prolongada es absolutamente real. Y la COVID prolongada no es ni siquiera un problema pequeño. Es una crisis de salud pública grave, grave",
¿Para cuándo la clínica de Long Covid en México? @HLGatell @incmnszmx @DrJoseSifuentes @JFMunozValle https://t.co/5KtFyBBTog— Covid Persistente México Comunidad Solidaria (@CovidComunidad) June 25, 2022
El virus sigue mutando y se oculta
"Este tipo de estudios será fundamental para empezar a dilucidar la relación entre los reservorios víricos a largo plazo y la Covid prolongada”, afirmó Bhatt.
Si la persistencia del virus es realmente la causa de los síntomas de al menos un subconjunto de personas. Entonces también podría impulsar la investigación de los fármacos antivirales como tratamiento para la Covid prolongada.
Aunque esto puede parecer una obviedad, algunos virólogos están preocupados por las implicaciones de hacerlo.
"La idea de administrar a las personas una monoterapia antiviral a largo plazo para intentar eliminar el virus es una cuestión bastante controvertida.
Porque, dada la gran adaptación del virus que observamos, incluso en períodos cortos de tiempo, la posibilidad de que el virus se escape es extremadamente alta".
Esto lo afirmó la doctora Deepti Gurdasani, epidemióloga clínica de la Universidad Queen Mary, de Londres, en diálogo con los medios.
"Creo que tenemos que empezar a pensar en terapias duales o triples, y probarlas. Porque realmente no podemos permitirnos crear más mutantes de escape en este momento".
Será un desafío para el futuro de la investigación clínica. Porque administrar a las personas una monoterapia antiviral a largo plazo, para intentar eliminar el virus, es muy controvertido. Pues existe el riesgo de que el coronavirus mute y se escape.