Cuba fue capaz de controlar rápidamente el coronavirus, incluso cuando la pandemia puso en crisis a las naciones más ricas.
El Político
Pero su economía, que ya estaba siendo afectada por las sanciones de Estados Unidos y la mala gestión gubernamental, era particularmente vulnerable a la posterior devastación económica.
A medida que las naciones cerraron los aeropuertos y bloquearon las fronteras para combatir la propagación del virus, los viajes de turistas a Cuba se desplomaron y la isla perdió una importante fuente de divisas, lo que la sumió en uno de los peores déficits de alimentos en casi 25 años.
Los alimentos suelen encontrarse únicamente en tiendas gestionadas por el gobierno, que se abastecen de importaciones y cobran en dólares
La estrategia, también utilizada en los años 90, durante la depresión económica conocida como el “periodo especial”, es utilizada por el gobierno para reunir divisas de los cubanos que cuentan con ahorros o reciben dinero de amigos o parientes en el extranjero.
Incluso en estas tiendas, la mercancía es escasa y los precios pueden ser exorbitantes: ese día Companioni no pudo encontrar pollo ni aceite de cocina, pero un poco más de siete kilos de jamón se vendían por 230 dólares y un bloque de tres kilos de queso manchego tenía un precio de 149 dólares, reportó NY Times.
Y la dependencia en las tiendas en dólares, una medida destinada a apuntalar la revolución socialista en un país que se enorgullece del igualitarismo, ha exacerbado la desigualdad económica, dicen algunos cubanos.
Economía en problemas
La economía de Cuba estaba en problemas antes del coronavirus. El gobierno de Donald Trump ha trabajado duro para fortalecer el embargo comercial que lleva décadas y ha ido tras las fuentes de divisas de Cuba.
También sancionó a las compañías de buques petroleros que entregaban petróleo a Cuba desde Venezuela y redujo los vuelos comerciales de Estados Unidos a la isla.
El mes pasado, el secretario de Estado Mike Pompeo anunció también el fin de los vuelos chárter. Después de que la compañía energética estatal cubana Corporación Panamericana fue sancionada, incluso las raciones de gas de cocina tuvieron que reducirse.
Entonces la COVID-19 le puso fin al turismo. Las remesas enviadas por los cubanos que viven en el extranjero comenzaron a secarse ya que la enfermedad provocó enormes pérdidas de empleo en Estados Unidos.
Eso dejó al gobierno cubano con muchas menos fuentes de ingresos para comprar los productos que vende en las tiendas estatales, lo que provocó una escasez de productos básicos en toda la isla. A principio de este año, el gobierno advirtió que los productos de higiene personal serían difíciles de conseguir.
La pandemia, y la recesión que siguió, empujó al gobierno a anunciar que, tras años de promesas, cumpliría una serie de reformas económicas destinadas a estimular el sector privado.
El Partido Comunista dijo en 2016 que legalizaría las pequeñas y medianas empresas privadas, pero nunca se estableció ningún mecanismo para hacerlo, por lo que los propietarios de las empresas siguen sin poder obtener financiamiento, firmar contratos como entidad legal o importar bienes. Ahora se espera que eso cambie y que se legalicen más líneas laborales, aunque no se han anunciado los detalles.
Cuba también tiene un historial de ofrecer reformas solo para revocarlas meses o años después, dijeron los empresarios.