Corinna Larsen anunció en marzo que denunciaría al rey Juan Carlos por amenazas y acoso. Una demanda que finalmente ha interpuesto en los tribunales de Reino Unido también contra el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz Roldán.
El Político
Un trabajo de El Confidencial revela que los frentes legales de Juan Carlos I se multiplican y, tras el cuarto de ellos, la futura gestión judicial de la denuncia que Corinna Larsen cursa en Reino Unido contra el Rey emérito, se cocina una crisis diplomática que pondrá a prueba las relaciones entre los dos Estados, según difundió elconfidencial
Esto se produce mientras que las investigaciones abiertas en España y Suiza exploran por el momento los aledaños de su manejo del millonario ‘regalo’ saudí de 2008 y avanzan entre la protección de la inviolabilidad de la que gozaba hasta 2014 en el primer caso y la carencia —al menos por ahora— de indicios concretos y directos de blanqueo o evasión fiscal en el segundo, los hechos que tendrá que valorar la Justicia británica le afectan en primera persona y en un momento en que ha perdido la calidad de jefe de Estado e incluso la relativa protección con que contaba por su arraigo en el país en el que reinó durante 40 años,
Un dato a considerar es que la pelea legal de Reino Unido que va a emprender Corinna zu Sayn-Wittgenstein proporciona a la examante del Rey la oportunidad de pasar de acusada por una presunta cooperación como testaferro —en Suiza ha sido imputada por el fiscal Yves Bertossa, y en España, por la Audiencia Nacional, que investiga sus contactos con el comisario Villarejo— a acusadora. Podrá allí defender su versión. El núcleo de su discurso es que, en el resto del procedimiento, se la está colocando como "chivo expiatorio" de irregularidades que corresponden en realidad al Rey emérito. Y no piensa desaprovechar la oportunidad, como dejó claro en la entrevista concedida la pasada semana a la BBC. Acusa a Juan Carlos I de acoso y amenazas poniendo en bandeja que un juez de Londres le cite en territorio británico.
Como se sabe, Larsen anticipó ante la cadena británica sus intenciones y mostró, en parte, sus cartas. Aseguró haberse convertido en el centro de una perniciosa campaña de acoso, que aún sigue activa y que ha sido "parcialmente orquestada por el CNI español". Y enseñó pruebas. Suministró un listado "de números de informes policiales relacionados con los incidentes que alega que han ocurrido en Reino Unido en los últimos años" y que fue denunciando ante las autoridades. Todos ellos tuvieron lugar en territorio británico, por lo que la competencia para investigarlos es evidente
La empresaria indicó que "el acoso nunca ha cesado, si caso se ha intensificado", dijo y añadió: "Hablaremos de esto en los procesos que se celebrarán en Reino Unido. El caso tratará todos los elementos de la campaña de abuso. Juan Carlos será el acusado, pero quizá no sea el único". También hizo pública su intención de denunciar el pasado marzo, pero la pandemia mundial ha dilatado sus planes, que retomará en las próximas semanas.
Ante la cadena británica, Larsen anticipó sus intenciones y mostró, en parte, sus cartas. Aseguró estar en el centro de una campaña de acoso.
Se pudo conocer que su intención es denunciar a don Juan Carlos en los tribunales de Londres por amenazas y el acoso que dice sufrir desde 2012, cuando salió a la luz su relación después del viaje que realizaron juntos a Botsuana. La presión se dirige a tratar de acallarla —defiende— para que no revele secretos de Estado que, según ella, le acusan de tener en su poder. Implica también en los hechos al director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), general Félix Sanz Roldán, de quien asegura que está detrás de la "campaña" en su contra y de amenazarla personalmente en Reino Unido.
Las pruebas, ante notario
Corinna reveló que todo comenzó a raíz de que el Rey emérito tuviera el accidente en Botsuana. Semanas después, su casa y su oficina de Mónaco fueron "ocupadas" por personal de una empresa de seguridad del país. Días antes, había recibido un mensaje en el que le comunicaban que habían contactado con ella a través de sus "amigos de Madrid", por lo que ella interpretó que estaba relacionado con don Juan Carlos. Si bien desde la empresa de seguridad le trasladaron que se trataba de una misión de protección, ella sospechó que se trataba de una "tapadera" de los servicios secretos de España para llevarse documentos. Por eso, dice que pidió explicaciones al monarca y este le dijo que Sanz Roldán era quien estaba coordinando la operación
Vale destacar que antes de formalizar la denuncia, Larsen aportó las pruebas que dice poseer a un notario. Adjuntó a una declaración jurada una serie de SMS intercambiados con el Rey emérito, cuyo número de teléfono guarda en su lista de contactos como ‘John Smith’, y una serie de correos electrónicos remitidos al exjefe de los servicios secretos que, según asegura, contienen amenazas.
Ahora le corresponderá a un juez inglés valorar una denuncia en la que Juan Carlos figura como acusado directo y que se acompaña de una serie de pruebas documentales. El Rey emérito ya no es jefe de Estado y la figura que ostenta aún no lleva aparejada inmunidad internacional. Al perderla desde su abdicación, estaría obligado a declarar si es citado. El magistrado que decida tendrá que remitir una comisión rogatoria que, hasta hace poco, hubiera tramitado España pero que ahora dependerá de Emiratos Árabes, su nuevo lugar de residencia. Todo un Tetris diplomático con múltiples piezas que pondrá en jaque, sin duda, las relaciones internacionales hispano-británicas.
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