La Convención Demócrata inició este lunes con la participación de numerosos hispanohablantes. Previo a la intervención de la primera dama, Michelle Obama y del senador Bernie Sanders, los focos se posaron en los inmigrantes que no tienen documentos en Estados Unidos.
Con la promesa de una reforma migratoria, Hillary Clinton invitó al escenario a Francisca Ortiz, mujer que se expresó hablando en español. La traducción simultánea corrió a cargo de su hija Karla, que sí es ciudadana porque nació en suelo norteamericano.
La pequeña se hizo famosa en febrero cuando le dijo a Clinton que tenía miedo de que sus padres fueran deportados. La candidata le aseguró que haría todo lo posible por solucionarlo.
"Soy la hija de padres inmigrantes", dijo en inglés. "Soy americana", agrega en español entre aplausos. "Mis padres vinieron aquí buscando una vida mejor, por el sueño americano. Pero yo la mayoría de los días vivo con miedo, miedo de que mis padres se vean forzados a irse y no encontrarlos cuando regrese a casa", explicó.
La joven de origen mexicano se convirtió en 2014 en la "cara" de la inmigración cuando el presidente Obama contó su historia al anunciar las medidas ejecutivas que permitirían la regularización de más jóvenes "dreamers" o soñadores y de padres indocumentados con hijos estadounidenses. Ahora da la cara por Clinton, la única de los dos candidatos que ha prometido "luchar por mantener las familias juntas", recuerda Silva. "Sé que lo hará", afirma.
No podía acabar el segmento demócrata dedicado a los indocumentados en la convención sin la aparición de Luis Gutiérrez. El congresista de Illinois es popularmente conocido como el "campeón de los inmigrantes", puesto que ha hecho de la reforma migratoria su principal batalla en el Congreso. El puertorriqueño asegura que él mismo ha sufrido la discriminación que viven cada día miles y hasta millones de latinos. "Muchos colegas me siguen llamando García o González, ni se acuerdan de mi apellido", recordó.
Con Información de El País