Los precios al consumo en los Estados Unidos subieron en enero un 0,5% ; un ritmo mensual más rápido, según informó el Departamento de Trabajo, con lo que se interrumpe una secuencia de meses de lecturas de inflación más frías.
Mario Beroes/El Político
Alimentos, energía y prendas de vestir fueron donde más incremento hubo. En los 12 meses transcurridos hasta enero, la inflación fue del 6,4%, frente al 6,5% de diciembre.
El IPC subyacente, que excluye los precios de los alimentos y los carburantes, aumentó un 0,4% en enero, al mismo ritmo que en diciembre.
En los últimos 12 meses hasta enero, este índice subió un 5,6%. En diciembre, esa cifra fue del 5,7%.
¿Por qué es importante?
"El proceso de frenar el aumento de los precios llevaría algún tiempo y no sería un proceso sencillo". La frase, pronunciada por Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), además indica que el incremento de los tipos de interés por octava vez consecutiva, como parte de una agresiva campaña para enfriar la economía y, a su vez, la inflación, comienza a ser efectiva.
Pero una serie de lecturas de inflación más altas podría sugerir presiones inflacionistas revigorizantes y más persistentes. Esto podría obligar a los responsables políticos a subir los tipos más de lo previsto.
Conclusión
La escalada de los precios de los bienes fue en su día uno de los principales motores de la inflación. Pero el saneamiento de las cadenas de suministro y la ralentización de la demanda han enfriado esas subidas de precios en los últimos meses o, en algunos casos, han provocado una caída de los precios.
Los precios de los coches y camiones usados, por ejemplo, cayeron un 1,9% en enero, más o menos al mismo ritmo que en diciembre.
La Reserva Federal se centra ahora en el otro lado de la economía: el sector servicios, donde la inflación puede ser más difícil de controlar.