Los 2.219 km de la frontera colombo-venezolana siempre han estado minados por el contrabando por cruces ilegales conocidos como “trochas”, pero las mafias ganaron terreno gracias al cierre de los cruces binacionales ordenado por el dictador Nicolás Maduro en 2015, tras denunciar una “emboscada” contra militares.
El Político
“Lucha contra el contrabando”, dice un cartel en un puente en la frontera entre Venezuela y Colombia. Abajo, tres hombres, dos con enormes bolsas a la espalda, cruzan el río que divide a ambos países. Agentes fronterizos los miran sin interés.
Los contrabandistas ni se esconden ni se apuran. Uno se tomó el tiempo para quitarse los zapatos y remangarse los pantalones, reportó Infobae.
Armas y drogas en la frontera colombo-venezolana
“Siempre habrá trocheros, siempre habrá gente que necesita cruzar”, porque “es más barato”, dice Dani Pedraza, padre de tres hijos, mientras empuja una bicicleta cargada con placas de cerámica.
“Yo vivo de la trocha, mantengo a mi familia con la trocha”, remarca Dani, quien adaptó su bici para soportar cargas más pesadas por los caminos estrechos y pedregosos, quitándole los pedales, la cadena y la silla. Así puede llevar hasta 300 kilos por 100.000 pesos colombianos (20 dólares), que desplazaron en la frontera a los devaluados bolívares venezolanos.
Cobra 30.000 pesos colombianos (7 dólares) por paquetes de hasta 80 kg, cargados a la espalda en un trayecto de unos diez minutos. “Antes trabajábamos mucho. La reapertura del puente, eso no nos conviene”, se quejó.
En el lado colombiano, los trocheros se empujan para ofrecer sus servicios cuando llega un autobús o un tax
Abrir de nuevo la frontera colombo-venezolana
Miles de venezolanos cruzan a pie la frontera para abastecerse, a veces viniendo de lejos, pues debido a la hiperinflación que golpea al país desde hace cuatro años todo es mucho más caro que en Colombia.
“Todo sale más barato. Nos juntamos (varios) y podemos amortizar el viaje”, explica Viany Barrios, de 52 años, empleada de la Universidad de Mérida, a 260 km y unas cinco horas por carretera. Con la apertura del puente, evita la trocha.
Una persona que pidió anonimato denuncia que agentes de aduanas, policías y militares en las alcabalas son codiciosos al ver mercancías.