En esta entrega le hablaremos de los 361 proyectos de ley que los republicanos han introducido para regular el voto en 47 estados.
El Político
Por ejemplo, en el estado de Georgia, una nueva ley, presentada por los republicanos, prohíbe dar agua a quien hace fila para votar. En Florida buscan prohibir los buzones especiales para sufragar en ausencia. Y en Wisconsin, proponen requisitos que afectarían a votantes discapacitados.
Legisladores del partido republicano buscan a lo largo de EEUU cambiar reglas de votación luego de perder las presidenciales de noviembre.
Para ello se han planteado una oleada de iniciativas (361) que a juicio de los analistas en la práctica limitarían el acceso a las urnas.
Un total de 361 proyectos de ley con “disposiciones restrictivas” fueron presentados en 47 de los 50 estados del país hasta el 24 de marzo.Así lo reveló el Centro Brennan por la Justicia, un instituto apartidista de política y derecho en Nueva York.
La lista aumentó en 108 proyectos en apenas cinco semanas y algunas medidas ya comenzaron a ser aprobadas.
Con el presidente Joe Biden, su bancada demócrata y activistas resueltos a contener la acometida republicana, esta ya es considerada una nueva batalla por el derecho al voto en el país.
Algunos advierten que está en juego la calidad de la democracia en EE.UU., ya manchada tras la negativa de Trump a aceptar su derrota en noviembre.
Adicional a esto, se suma la toma del Capitolio por parte de sus seguidores en enero.
La pugna también es crucial para definir qué partido gobernará la mayor potencia mundial en el futuro próximo.
“A fin de cuentas, se trata de ganar las elecciones y cómo se puede definir quién vota, para tener más posibilidades”, dice Rachael Cobb
Cobb es una catedrática del departamento de ciencia política y estudios legales en la Universidad de Suffolk, a BBC Mundo.
Proyectos republicanos: Primer capítulo
Como EE.UU. carece de una entidad independiente que regule las elecciones en todo el país, la tarea suele recaer en políticos y legislaturas de cada estado.
Así, Georgia se ha vuelto el mayor símbolo de este nuevo pulso por el voto.
Ese fue uno de los estados que Biden le arrebató a los republicanos para ganar la Casa Blanca, pero por muy poco: logró apenas 11.779 votos más que Trump, entre cinco millones de sufragios emitidos.
Trump, alegando sin pruebas que hubo fraude, presionó al secretario de Estado de Georgia para revertir los resultados electorales:
“Solo quiero encontrar 11.780 votos”, dijo el entonces presidente al principal funcionario electoral del estado, quien es republicano y resistió el pedido telefónico.
Los demócratas también lograron en Georgia el control del Senado federal.
Pero los republicanos de ese estado han aprobado una reforma electoral a fin de marzo que bien podría inclinar la balanza en las próximas elecciones.
Entre otras medidas, la nueva ley reduce el tiempo para que los votantes soliciten sufragar en ausencia (por ejemplo, por correo o de forma personal anticipadamente) y crea requisitos específicos para ello.
Un cuarto de los electores de Georgia votaron de ese modo el año pasado, y dos tercios de quienes lo hicieron apoyaron al actual mandatario de EEUU, Joe Biden.
Además, la nueva ley le quita al secretario de estado de Georgia su poder como principal autoridad electoral, que pasa a ser designado por la legislatura estatal (con mayoría republicana).
También agrega requisitos de identificación para solicitar votos por correo y considera un delito menor que alguien ajeno al personal electoral ofrezca agua o comida a quienes hacen fila para votar.
Biden y la ley de Georgia
Biden, en cambio, ha tachado le ley de Georgia como “un ataque flagrante a la Constitución” y una “atrocidad” que comparó con las leyes Jim Crow que imponían la segregación racial en el sur del país.
“Esto es Jim Crow en el siglo XXI, debe terminar”, dijo el presidente y señaló que el Departamento de Justicia analizaba los pasos a seguir.
Cobb explica que lo que ocurre en Georgia es apenas un capítulo de una disputa mayor, con la mira puesta primero en las elecciones de mitad de período de 2022, que volverán a decidir el control del Congreso.
En el estado de Georgia, una nueva ley prohíbe dar agua a quien hace fila para votar.
Fuente: LaOpinion