Venezuela es una nación que desde hace años afronta varias crisis a la vez, una que ha hecho mucho ruido como la política, pero también económica, de una que es cave, la social y con la llegada de la pandemia, la sanitaria.
El Político
Esto quizás ha hecho que pase desapercibido otra profunda crisis que cada día se agrava más en este territorio caribeño: la medioambiental.
El chavismo, fuerza política que tiene el control en Venezuela, se ha encargado de dejar una huella de destrucción con la explotación de recursos naturales.
El ejemplo más claro de esto es lo que ocurre en la Amazonía venezolana, donde un grupo llamado SOS Orinoco, que busca proteger dicha zona, ha denunciado el "desmantelamiento sistemático de las instituciones ambientales" en la nación.
Mientras la población venezolana y la comunidad internacional han visto en los últimos años con gran preocupación la grave situación económica, política, social y humanitaria en el país caribeño, otra crisis se fue agravando a pasos agigantados: la medioambiental. Esto, incluso, pese a que Venezuela -la nación con mayores reservas de petróleo del mundo- produce mucho menos crudo que años atrás.
Esto se lo dijo la fundadora de este grupo, Cristina Burelli, al Financial Times.
Reporta Infobae que a medida que la economía implosiona y los ingresos petroleros disminuyen de manera significativa, el régimen de Maduro buscó otras vías de financiación. Entre ellas, la explotación de los grandes recursos naturales que tiene el país. El dictador promovió la minería en sectores de la Amazonia. Principalmente el oro, pero también para los diamantes, el coltán, la bauxita, el mineral de hierro y el cobre.
Asimismo, mientras avanza el deterioro de la infraestructura petrolera, los derrames y las manchas de crudo son cada vez más habituales.
La otra: Ecocidio en el sur de Venezuela
Francisco Dallmeier, director del Centro de Conservación y Sostenibilidad del Instituto Smithsoniano de Biología de la Conservación de Washington, describió lo que está ocurriendo en el sur de Venezuela como un “ecocidio”.
“Tenemos uno de los lugares más ricos de la tierra, unos recursos naturales fantásticos, tenemos todo un sistema de áreas protegidas que se creó para proteger esos recursos, y ahora tenemos el comienzo de una ola de destrucción, y no hay indicios de que las cosas vayan a cambiar”, alertó.
El Salto Ángel, ubicado en el Parque Nacional Canaima, es la cascada más alta del mundo (EFE/ Miguel Gutiérrez)
El Salto Ángel, ubicado en el Parque Nacional Canaima, es la cascada más alta del mundo (EFE/ Miguel Gutiérrez)
Desde la llegada de Chávez el poder en 1999, se han destruido unos 3.800 kilómetros cuadrados de cobertura arbórea en la Amazonia venezolana. Ecologistas locales advierten que el ritmo se está acelerando, y que la minería representa una creciente amenaza para la biodiversidad del país.
La Red de Información Socioambiental Georreferenciada de la Amazonia (RAISG) indica que en las últimas dos décadas la cantidad de tierra utilizada para la minería al sur del río Orinoco se ha triplicado.
En 2016
En 2016, el dictador Maduro estableció el “arco minero” en esa región rica en oro, diamantes, coltán y otros minerales, que va desde la frontera de Venezuela con Colombia en el oeste hasta la frontera oriental con Guyana, abarcando el 12% del territorio nacional.
Mientras el régimen chavista asegura que la minería está bien regulada, numerosos informes y activistas medioambientales denuncian que bandas criminales y guerrilleros colombianos -amparados y protegidos por la dictadura- luchan por el control de los recursos explotados y saqueados ilegalmente.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo describió el año pasado como “un experimento incontrolado y a menudo violento de explotación de recursos, regiones y comunidades”.
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