La megabanda criminal El Tren de Aragua emergió en el estado Aragua, en Venezuela, donde está la cárcel de Tocorón, centro penitenciario en el que cumple condena Héctor “Niño” Guerrero, uno de los principales cerebros del grupo delictivo.
El Político
La organización nació hace más de una década, aunque fue alias “Niño” quien la lleva a lo que es hoy cuando asumió su control en 2013 en Tocorón, donde impone su ley como “pran” (líder de reclusos).
“Estando preso se dieron las condiciones que buscan una banda: hacerse de un territorio, de una población, de armas, imponer su ley y manejar dinero”, explica el criminólogo Mario Mármol.
Del cobro por asignación de puestos de trabajo en el tren, pasó a secuestros y robos en las autopistas, para luego agregar el resto de delitos que hoy practican.
El Tren de Aragua opera desde hace varios años opera en la frontera de Norte de Santander con Venezuela y ha recibido fuertes golpes en Bogotá.
¿Por qué es importante?
A esta sanguinaria banda criminal se le atribuyen crímenes atroces en Venezuela, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Bolivia.
Se trata de una ‘megabanda’, pues la componen entre 1.500 y 2.000 integrantes, considerada la más sonada del vecino país, pues su objetivo ha sido aumentar el control territorial del narcotráfico y su poder sobre las cárceles.
En Chile, por ejemplo, la banda focaliza sus operaciones primarias en dos zonas del país. La primera es en el norte, donde se dedican a la importación de drogas, la trata de personas, el tráfico de inmigrantes y el crimen por encargo.
Se estima que en Chile hay, al menos, 100 miembros activos de la organización criminal.
Los secuestros y las amenazas de muerte les sirven como herramientas para extorsionar a los inmigrantes que logran ingresar a Chile, los que son sometidos a su estructura.
Tienen control, por tanto, de los inmigrantes y de sus familias en sus ciudades de origen en Venezuela.
El origen del Tren
El origen de la megabanda en Venezuela se remonta a fines del año 2009. La organización surgió a comienzos de los 2000 dentro del sindicato en las obras de un ferrocarril que nunca fue terminado. De comisiones por puestos de trabajo saltó a la extorsión, sicariato, narcotráfico y hasta trata de personas.
Un grupo de trabajadores de la construcción de un ramal del tren de Venezuela, en la localidad de Aragua, decidió comenzar actividades ilícitas luego de que el gobierno no concretara las obras ferroviarias, prometidas en el Plan Socialista Nacional de Desarrollo Ferroviario, presentado en 2006, reportó ElTiempo.
Aunque surgió fuera de las cárceles, es considerada"una pandilla de origen carcelario porque se fortalece dentro de la cárcel de Tocorón, una de las más grandes de Venezuela, ubicada en el estado de Aragua", señala Luis Izquiel, experto en materia criminal. Así el nombre cobra mucho sentido.
Sus creadores fueron Johan José Romer, alias ‘Johan Petrica’, y José Gabriel Álvarez Rojas, alias ‘el Chino Pradera’. Este último fue abatido en un enfrentamiento con la Policía en 2016.
Entre líneas
Según Mármol, el desmembramiento es práctica común en las cárceles venezolanas. “Tienen esa formación, ese rasgo perverso y cuando la situación lo amerita lo aplican: desmembrarlo, decapitarlo, un sicariato con múltiples balazos. Es su sello”.
En contexto
La asfixiante crisis económica en Venezuela generó una “pérdida de oportunidades para el crimen”, lo que llevó a muchos integrantes del Tren de Aragua a unirse a la vorágine migratoria de hace siete años, indica Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). “Parte de los negocios se reducían porque no había por ejemplo dinero para pagar un secuestro”.
El primer movimiento es hacia las zonas fronterizas. “Se percataron de que en la migración había una oportunidad de ‘negocio’ y convirtieron a los migrantes venezolanos en sus primeras víctimas”, señala Ronna Rísquez, investigadora de grupos armados y violencia,
Los primeros casos en otros países se reportan entre 2016 y 2018.
La operación también se expandió al este de Venezuela para buscar controlar el tráfico de drogas hacia el Caribe.
En conclusión
Ronna Rísquez, investigadora de grupos armados y violencia, afirma que el Tren de Aragua “es una organización poderosa que ha logrado tener presencia en varios países de la región”.
La brutalidad demostrada en Colombia responde a la “experiencia criminal antigua” en ese país, que “requiere de mucha fuerza, impacto y demostrar esa crueldad” para imponerse en territorios, apunta Roberto Briceño León
Agrega que “no son el Cartel de Sinaloa, pero pueden mantener operaciones de tráfico de drogas, extorsiones y trata”, aclara Rísquez, que sostiene que “todo se maneja desde Tocorón”.
Briceño descarta no obstante “una organización vertical”. “Funcionan en alianzas, como franquicias: usan el emblema, el nombre, el terror que inspiran y reclutan gente a nivel local”, al tiempo que reciben “apoyo logístico” desde Venezuela.
“Es un modelo que copian de algunas facciones de Brasil” como Comando Vermelho, sigue. “Se garantizan lealtad, apoyo y al mismo tiempo reciben tributos”.
En su expansión, el Tren de Aragua enfrentó en Colombia por ejemplo a bandas rivales e incluso a disidencias de las FARC presentes en Venezuela.