David Rivera, ex senador estadounidense quien firmó un contrato de cabildeo a favor de PDVSA, le dio parte de los 15 millones de dólares que cobró por sus labores, al magnate venezolano Raúl Gorrín, cercano a Nicolás Maduro y quien forma parte desde 2019 de la lista de los más buscados por la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos.
Primer Informe / El Político
Rivera, quien es investigado en Estados Unidos desde 2017, alegó que el dinero se usó totalmente para financiar y beneficiar a Leopoldo López y a partidos de oposición, pero tanto López como voceros del presidente interino Juan Guaidó han desmentido a Rivera, tildando de absurdas sus palabras.
Pero Rivera ha dicho que la operación que benefició a López hizo que el dirigente fuera liberado de su encarcelamiento en la prisión militar de Ramo Verde a mediados del 2017, con el compromiso de que éste buscara convencer a la administración Trump de negociar una transición directamente con Nicolás Maduro.
La idea era también conseguir un encuentro directo con Donald Trump para impulsar un cambio en la política hacia Venezuela, según fuentes que hablaron con El Nuevo Herald. De hecho, Gorrín llegó a tener un encuentro con el vicepresidente Mike Pence, quien en ese momento ya mantenía un discurso duro contra el régimen de Maduro.
Es aquí cuando aparece David Rivera, quien se hizo relevante hace pocas semanas tras la demanda que recibió por parte de PDV USA (filial estadounidense de PDVSA), por incumplir un contrato de cabildeo de 50 millones de dólares.
Rivera sólo recibió 15 millones de dólares de los 50 pactados antes de que el contrato fracasara, pero para finales de ese año el ex senador republicano habría realizado una transferencia de 4 millones de su firma de asesoría, Interamerican Consulting, a la cuenta de Interglobal Yacht Management, LLC, con la que Gorrín tuvo una vinculación financiera hasta 2018, cuando fue acusado formalmente.
El contrato se pactó pocos meses antes de que a Rivera se le viera en varios encuentros con Gorrín que el venezolano organizaba para abogar a favor de convencer a Trump de negociar con Maduro una transición.
En ese momento Gorrín pasaba plácidas temporadas en su mansión de Coral Gables pues aún no se habían presentado los cargos que ahora lo tienen como prófugo de la justicia norteamericana.
Las fuentes del Herald dijeron que Rivera no sólo desvió dinero a Gorrín, sino que usó parte del dinero por el contrato para pagar 3,5 millones de dólares a la firma de la asesora Esther Nuhfer, quien había trabajado recaudando fondos para las campañas de Rivera. Nuhfer luego transfirió cerca de 2 millones de dólares provenientes de ese depósito, a su cuenta bancaria personal.
Rivera también realizó al menos 15 retiros de 10 mil dólares cada uno, buscando evitar los requisitos de información de la Ley de Secreto Bancario, cuando las transacciones superan esa cifra.
Luego Rivera siguió levantando sospechas por viajes realizados a Austria y Suiza para asesorarse con entidades bancarias sobre la posibilidad de depositar dinero en sus sedes.
Caracas, la cuna de una idea peligrosa
No se tienen claro cómo logró Rivera el contrato con la filial estadounidense de PDVSA o cómo terminó vinculandose con Gorrín, pero sí se conoce con certeza su objetivo: persuadir a elementos claves de la administración Trump de que frenaran las sanciones a PDVSA.
La idea habría surgido en 2017 con Delcy Rodríguez buscando una solución diplomática a la hostilidad creciente con el gobierno de Trump, el cual ya comenzaba a endurecer las sanciones.
Las fuentes del mencionado diario de la Florida dijeron que Leopoldo López vio en la situación una oportunidad y ofreció ayuda para promover un diálogo con la Casa Blanca, lo que habría aceptado Rodríguez y designó a Gorrín y a un grupo de ejecutivos de Citgo en Houston, para montar la operación.
Según el relato de las fuentes del Herald esto habría logrado que Voluntad Popular, el partido de López, se convirtiera en el grupo predominante en la oposición, lo que encumbró a Juan Guaidó para que fuera reconocido por Trump como presidente legítimo de Venezuela.
López fue liberado de la cárcel y se le estableció un régimen de casa por cárcel al mismo tiempo que Gorrín se movía con Rivera en Washington, y el día que el líder político venezolano salió de la prisión su esposa Lilian Tintori agradeció públicamente a Delcy Rodríguez y a su hermano Jorge por liberarlo.
A su vez, Rivera hizo declaraciones de prensa en las que observaba que nada de esto habría sido posible sin sus labores detrás de la escena.
A la larga el acuerdo entre Gorrín y Rivera no produjo los resultados esperados y las amenazas de sanciones se intensificaron, lo que hizo que el régimen madurista se sintiera estafado, lo que llevó al arresto de los ejecutivos de Citgo a finales del 2017.
Para el equipo de Guaidó, la versión de Rivera «no solo es imposible políticamente, sino también imposible físicamente dado que durante ese tiempo Leopoldo López estaba preso e incomunicado por la dictadura en la cárcel militar de Ramo Verde», indicó el comunicado que publicó el grupo opositor.
Fuente: Primer Informe