Los líderes del Grupo de los Siete o G-7, se reúnen este sábado 24 de agosto, en Biarritz, al sur de Francia, en medio de la intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, lo eleva la importancia de que el presidente francés, Emmanuel Macron, logre la difícil tarea de obtener resultados significativos sobre el comercio, el cambio climático e Irán
El Político
Macron, como anfitrión de la cumbre, quiere que los dirigentes de Reino Unido, Canadá, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos se centren en la defensa de la democracia, la igualdad de género, la educación y la lucha contra el cambio climático, y ha invitado al encuentro a líderes de Asia, África y América Latina para fomentar la dimensión global de estos temas.
Pero la agenda podría quedar eclipsada con la escalada de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, los esfuerzos de los gobiernos europeos por rebajar las tensiones entre Washington y Teherán y la creciente indignación global por los incendios en la Amazonia.
La conocida beligerancia en las reuniones multilaterales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que precipitó el final de la fallida reunión del G7 el año pasado, deja pocas esperanzas a la posibilidad de que se cierren acuerdos sustantivos. Francia ya ha decidido que, para evitar otro fracaso, no habrá un comunicado colectivo final.
Altos cargos de Estados Unidos dijeron que Trump hará bandera de sus políticas desreguladores y de recortes de impuestos, así como que presionará a sus aliados para que sigan su ejemplo para prevenir los contratiempos de la economía mundial.
Horas antes de partir hacia Biarritz, Trump reaccionó a la decisión de China de imponer aranceles más productos estadounidenses, llegando a decir que ordenará a las empresas estadounidenses que cierren sus operaciones en China, pese a carecer de instrumentos legales para obligarlas a hacerlo.
El presidente chino Xi Jinping no se encuentra entre los líderes asiáticos invitados a la cumbre de Biarritz.
Fuente: Reuters