La crisis bancaria no ha concluido. Ni siquiera la venta forzada del Credit Suisse, ordenada por el gobierno helvético, ni los rescates financieros a un trío de bancos estadounidenses, puede determinar que es el fin del problema.
Mario Augusto Beroes Ríos/El Político
En el sector bancario se sabe que concertar o coordinar acciones " de carácter obligatorio" para salvar una entidad financiera es un arma de doble filo, ya que esto supone que la decisión debe brindar seguridad y tranquilidad.
Pero por otro, indican que algo no está bien, y que en un mundo cerrado y pequeño como ese, otros pueden estar contagiados y eso es lo que el gobierno suizo evitó a toda costa; inclusive en contra de los directivos del UBS.
UBS y Credit Suisse: Fusión a juro
El fin de semana, tras maratónicas reuniones, se buscó solucionar un problema, cuyas ramificaciones económicas, políticas e, inclusive, sociales iban a repercutir, no solo en Suiza, sino en Europa, y en otros continentes. El Credit Suisse fue comprado…a la fuerza por UBS, su más cercano competidor.
El precio de compra: unos tres mil millones de francos suizos, una cantidad que puso fin a los temores sobre el futuro de Credit Suisse, pero las dudas continúan.
En la bolsa de valores de Fráncfort, la semana abrió con una caída en picado. Las acciones de los alemanes Commerzbank y Deutsche Bank siguieron bajo fuerte presión.
Las del Deutsche Bank perdieron temporalmente casi un diez por ciento de su valor en la mañana. Antes, cayó el índice Nikkei japonés y otros índices en Asia.
La semana pasada, el índice bursátil alemán DAX cayó más del cuatro por ciento: fue la peor semana en el mercado de valores desde junio pasado.
En el transcurso del día, el DAX se recuperó y también las acciones bancarias pudieron al menos limitar sus pérdidas.
Por qué es importante
El acuerdo está asegurado por numerosas medidas de apoyo. El UBS es responsable de posibles pérdidas de hasta cinco mil millones de francos.
El Estado suizo ha dado una garantía de pérdida de nueve mil millones de francos suizos. Y el banco central suizo otorga garantías de liquidez por un monto de hasta 200 mil millones de francos suizos.
La rapidez de los acontecimientos hace prácticamente imposible aventurar si esta operación ha supuesto el final de las turbulencias, aunque las valoraciones de los expertos indican que ha sido una medida acertada.
Expertos en el área financiera aseguran que la compra de Credit Suisse "es una buena operación para UBS", porque el precio de compra supone un múltiplo de valoración muy pequeño y además "consigue garantías" muy relevantes por parte de los reguladores suizos.
"Es una buena noticia para el conjunto del sector, porque mitiga el riesgo sistémico y los bancos centrales abogan por aumentar la liquidez a la banca".
No obstante, también reconocen que "a pesar de todo esto, es inevitable que persista cierta inquietud sobre el sector durante un tiempo".
Bonos AT1
El primer inconveniente son los bonos AT1 (convertibles en acciones o ‘CoCos’) emitidos por Credit Suisse, que estaban valorados en 16.000 millones de francos suizos, y han sido devaluados hasta cero.
Es una medida inusual, máxime cuando los accionistas de Credit Suisse no pierden el 100% y puede tener un efecto contagio sobre el resto de los bonos AT1 del sector.
Es decir, tiene un impacto negativo sobre el coste de financiación bancario y la prima de riesgo del sector".
Los bonos ‘CoCos’ de Credit Suisse, un cruce entre una acción y un bono, han sido cancelados, dejando a estos tenedores de bonos con grandes pérdidas.
Esto ha provocado nerviosismo acerca de los bonos AT1 en general, y algunos inversores se han retirado por completo de ellos.
Conclusión y posibles nuevas víctimas
Además del controvertido tema de valorar a cero los bonos AT1 de Credit Suisse, esta el además el tema de que las acciones bancarias seguirán siendo volátiles mientras los inversores sopesan la perspectiva de nuevas víctimas.
En este sentido, no hay que perder de vista la evolución de los bancos regionales americanos, que se han visto muy penalizados en bolsa por la caída del Silicon Valley Bank (SVB).
El banco que más problemas está teniendo es el First Republic Bank, que se ha desplomado en bolsa pese a los intentos del sistema financiero americano por apoyarle.
En conclusión, la volatilidad continuará en tanto en cuanto persistan las dudas acerca de la situación de liquidez y, en algunos casos, solvencia de determinadas entidades financieras.
Además, será fundamental el papel de los bancos centrales y su actitud para aplacar estas dudas, a la vez que mantienen una posición firme contra la inflación.