Con apenas un 18% de participación puede decirse que la consulta impulsada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, (AMLO) sobre la revocación de mandato fue un fracaso.
Mario Beroes/El Político
El evento electoral no contó siquiera con la participación de al menos 40 % de la ciudadanía habilitada para votar, cifra obligatoria para que esta legislación pudiera ser vinculante.
Lejos de lo que pudo esperar el mandatario socialista, solo un grupo minúsculo de electores, entre el 17 % y 18,2 % de todos los convocados a votar, estuvo presente ejerciendo su derecho al voto.
Por lo tanto, el resultado que se obtuvo en esta jornada, independientemente de cual sea, no tendrá ningún efecto.
Sin embargo, del escaso número de participantes que hicieron presencia en este referéndum, demarcado desde sus inicios con tintes populistas, entre un 90,3 % y 91,9 % votó a favor de que el mandatario continúe en su cargo los tres años que le restan.
Mientras tanto, entre un 6,4 % y un 7,8 % prefirió la revocación, informó el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova citado por la agencia EFE.
La baja participación constituye un revés político para López Obrador y un respaldo a los partidos de la oposición que rechazaron la consulta y propusieron la no participación.
Lejos de decidirse o no la continuidad de la inédita convocatoria impulsada por el mismo López Obrador, el mandatario apostó simplemente a un espaldarazo simbólico que le permita habilitar una reforma constitucional, para incrementar la intervención estatal en materia de energía.
Es que el espacio de AMLO carece del número necesario como para imponer la reforma en el parlamento, ya que tanto el PRI, el PAN y el PRD están en contra de la iniciativa.