Definitivamente, la vacuna contra el coronavirus es el arma más efectiva para proteger a la humanidad contra el mortal y contagioso microorganismo. Dos pinchazos evitan una grave enfermedad, e incluso morir por alguna de las diferentes variantes, incluida la Delta. Ahora los laboratorios están creando nuevas vacunas contra el Covid-19. Descubre cómo serán.
El Político
La vacunación avanza por el planeta desde que fue aprobada por la OMS la primera vacuna contra el coronavirus de Wuhan, el pasado mes de diciembre de 2020.
Ahora, cientos de laboratorios desarrollan nuevas dosis, otros crean las vacunas de segunda generación, ¿Esto que significa? Son fármacos que mejoran los ya existentes.
Un ejemplo de esta evolución de las vacunas es lo que hace la farmacéutica de Israel, Oramed Pharmaceuticals. Esta empresa empezó en agosto los ensayos clínicos con una nueva vacuna contra el coronavirus; la nueva presentación será en pastilla.
Oramed Pharmaceuticals, indicó que la vacuna contra el Covid-19 en pastilla, es desarrollada en conjunto por científicos de Israel con la farmacéutica india Premas Biotech, reportó Europa Press.
¿Cómo serán las nuevas vacunas contra el Covid-19?
Otras vacunas diferentes, y de avanzada, son las dos que desarrollan los nanoingenieros de la Universidad de California.
Estos investigadores crearon un fármaco contra el Covid-19 que soporta el calor, por ende, no necesitan refrigerarse. Además, según Journal of the American Chemical Society , la base principal de la vacuna son virus de plantas o bacterias.
Un dato importante: "En los ratones, las vacunas candidatas generaron una gran producción de anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2″, reporta Infobae.
"Si resultan seguras y eficaces en las personas, podrían ser una transformación importante en los esfuerzos de distribución mundial, incluidos los de las zonas rurales o las comunidades con pocos recursos", agregaron los investigadores.
¿Cuáles son las diferencias entre estas vacunas con las actuales?
“Lo interesante de nuestra tecnología de vacunas es que son térmicamente estables, por lo que podrían llegar fácilmente a lugares donde no es posible instalar congeladores de temperatura ultrabaja o hacer circular camiones con estos congeladores”, explicó Nicole Steinmetz, profesora de nanoingeniería y directora del Centro de Nanoinmunoingeniería de la Escuela de Ingeniería Jacobs de la UC San Diego.
Por su parte, la escuela de UCSD Engineering, publicó un Twitter sus avances. "Las vacunas #COVID19 libres de frigoríficos se están trabajando aquí mismo en la @UCSanDiego, ¡y se están cultivando en plantas y bacterias! Mira lo último en #nanotecnología de los laboratorios de @NF_Steinmetz y @pokorski_lab"
Fridge-free #COVID19 vaccines?are in the works right here at @UCSanDiego—and they're being grown in plants?and bacteria?! Check out the latest #nanotechnology from the labs of @NF_Steinmetz and @pokorski_lab: https://t.co/fXo0cmxCSN
Published in @J_A_C_S, funded by @NSF pic.twitter.com/haWVy9ymqi
— UCSD Engineering (@UCSDJacobs) September 7, 2021
¿Cuáles son los ingredientes de las vacunas?
Una de las vacunas está realizada con un virus vegetal, llamado virus del mosaico del caupí. La otra se desarrolla a partir de un virus bacteriano, o bacteriófago, llamado Q beta, reportó Infobae.
Las dos vacunas fueron realizadas con recetas similares. Usaron plantas de caupí y bacterias ‘E. coli’ para cultivar millones de copias del virus vegetal y del bacteriófago, respectivamente, en forma de nanopartículas con forma de bola.
¿Cómo fue el experimento de estos nuevos fármacos?
Los investigadores cosecharon estas nanopartículas y luego adjuntaron un pequeño trozo de la proteína de la espiga del SARS-CoV-2 a la superficie, indicó Infobae.
Los productos acabados tienen el aspecto de un virus infeccioso para que el sistema inmunitario pueda reconocerlos. Pero no son infecciosos en animales ni en humanos.
El pequeño trozo de la proteína de espiga unido a la superficie es lo que estimula al organismo a generar una respuesta inmunitaria contra el coronavirus. Los investigadores señalan varias ventajas de utilizar virus vegetales y bacteriófagos para fabricar sus vacunas.
Por un lado, pueden ser fáciles y baratos de producir a gran escala. “Cultivar plantas es relativamente fácil y requiere una infraestructura no demasiado sofisticada" , destacó Steinmetz.
El equipo usa estos procesos para envasar sus vacunas en implantes de polímero y parches de microagujas.
“Imagínese que los parches de la vacuna pudieran enviarse a los buzones de nuestras personas más vulnerables, en lugar de tener que salir de sus casas y arriesgarse a la exposición. Si las clínicas pudieran ofrecer un implante de una sola dosis a aquellos que tendrían muchas dificultades para acudir a su segunda vacuna, esto ofrecería protección a un mayor número de personas y tendríamos más posibilidades de frenar la transmisión”, explica Jon Pokorski, profesor de nanoingeniería en la Escuela de Ingeniería Jacobs de la UC San Diego.
Precisamente, el equipo de Pokorski desarrolló la tecnología para hacer los implantes y los parches de microagujas.
Por lo que las nuevas vacunas no necesitarán conservarse en frío. Podrían empaquetarse en implantes o parches de microaguja.
Conoce la versatilidad de estos fármacos
Otra cosa que entusiasma a Steinmetz sobre esta tecnología de vacunas es la versatilidad que ofrece para hacer nuevas vacunas.
“Incluso si esta tecnología no tiene un impacto en COVID-19, puede adaptarse rápidamente a la siguiente amenaza, al siguiente virus X”, manifestó Steinmetz.
La fabricación de estas vacunas, dice, es “plug and play”: se cultivan nanopartículas de virus vegetales o bacteriófagos de plantas o bacterias, respectivamente, y luego se adhiere un trozo del virus, patógeno o biomarcador objetivo a la superficie.
“Utilizamos las mismas nanopartículas, los mismos polímeros, el mismo equipo y la misma química para unir todo. La única variable es el antígeno que pegamos a la superficie”, explica Steinmetz.
Las vacunas no necesitan conservarse en frío. Pueden empaquetarse en implantes o parches de microagujas o pueden administrarse directamente de la forma tradicional mediante inyecciones.
Todavía le queda a las vacunas más experimentos y nuevas presentaciones. Lo importante es que los científicos del mundo ya han dado el primer paso.