El martes, Gustavo Petro y Nicolás Maduro, conversaron, vía telefónica, sobre la necesidad de reabrir las fronteras.
El Político
Hablaron de la importancia de la rehabilitación y normalización de los pasos fronterizos entre las dos naciones.
Esto con el objeto de comenzar a recomponer las relaciones binacionales que se encuentran fracturadas.
Este hecho va en la misma vía de lo dicho por Petro durante la campaña. Allí manifestó su voluntad de recomponer los lazos diplomáticos que hermanan a Colombia con Venezuela.
El restablecimiento pleno de las vías diplomáticas entre ambos países pondría fin a más de 9 años de ruptura.
También marcaría un nuevo rumbo en una relación que ha estado marcada por tensiones y frustración.
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Los orígenes de la ruptura
El historial de tensiones entre los dos países data al menos de 2005, cuando Colombia acusó a Venezuela de dar refugio a “terroristas” de las FARC.
Por su parte, Venezuela acusó a Bogotá de violar la soberanía nacional. Esto ocurrió durante la era Uribe–Chávez.
La relación llegó a uno de sus peores momentos en 2010, cuando el mandatario Hugo Chávez anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia.
Esto luego de que Bogotá denunciara ante la Organización de Estados Americanos – OEA, la presencia de campamentos de las FARC y del ELN en territorio vecino.
Por esa época, el entonces mandatario venezolano también congeló los pagos de la Comisión Nacional de Administración de Divisas – Cadivi, a varias empresas colombianas. Esto prácticamente las quebró.
En este episodio tomó relevancia la actual senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba. Quien según un informe elaborado por la Asamblea de Ecuador, aprovechó su cercanía con el chavismo para gestionar el pago de las deudas con algunos empresarios colombianos cercanos a ella. Entre los que estaba Álex Saab, hoy procesado como presunto testaferro de Nicolás Maduro.
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Juan Manuel Santos
Con la llegada de Juan Manuel Santos a la Presidencia, en agosto de 2010, Colombia cambió el tono. Esto condujo a una reunión, en diciembre de ese año, entre el mandatario colombiano y Hugo Chávez.
Para limar asperezas, Santos y Chávez acordaron dejar atrás las tensiones. En una declaración sorprendente, el mandatario colombiano se refirió a su homólogo venezolano como su “nuevo mejor amigo”.
Chávez le correspondió diciendo lo mismo unas semanas después, en noviembre de ese año.
Pero con la muerte de Chávez, en 2013, y la llegada de Nicolás Maduro al poder, las relaciones entre ambos países volvieron a ponerse tensas. Y a partir de ese momento entraron en declive.
La disputa Maduro–Santos arrancó en mayo de 2013, cuando el presidente colombiano recibió al líder opositor venezolano Henrique Capriles. Este es el principal enemigo político del chavismo y quien venía denunciando todo tipo de abusos del Gobierno de ese país.
Petro conversa con Maduro sobre la reapertura de la frontera entre Venezuela y Colombia@DelgadoAntonioMhttps://t.co/bUiMoNiqws pic.twitter.com/UVuZNcnMfG
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Cierre de la frontera
Pero el punto de inflexión se dio en agosto de 2015, cuando Maduro cerró la frontera común. Alegó una supuesta presencia de paramilitares que venían de territorio colombiano.
La crisis se profundizó con la expulsión de cientos de colombianos de territorio vecino, de manera humillante.
Muchos padres fueron separados de sus hijos y ni siquiera pudieron sacar sus pertenencias.
El gobierno de Santos trató la crisis por la vía diplomática hasta agosto de 2016. Cuando se restableció el paso peatonal, pero más allá de eso, nunca se pudo avanzar.
La relación se fue empeorando cada vez más. Hasta el punto que ambos países llamaron a consultas a sus embajadores.
Mientras tanto, la situación política y social en Venezuela empezó a empeorar. Maduro arremetió contra la población, ante la crisis. Esto comenzó a cobrar vidas de civiles en las calles venezolanas.
Santos se pronunció fuertemente contra el proyecto político del régimen. Habló por primera vez de dictadura y dijo que “la revolución bolivariana fracasó”.
El chavismo respondió a la actitud de Colombia con provocaciones.
Un ejemplo fue lo ocurrido en marzo de 2017, cuando al menos 60 soldados venezolanos instalaran un campamento en Arauquita (Arauca), reclamando ese territorio como suyo.
El episodio se resolvió con la salida de los uniformados de Colombia, pero los ánimos quedaron caldeados.
Grupo de Lima
Ante la imposibilidad de establecer vías de comunicación, Colombia lideró la creación del denominado Grupo de Lima.
Una instancia multilateral que se estableció, tras la denominada Declaración de Lima, el 8 de agosto de 2017, en Perú.
Allí se reunieron representantes de catorce países. Su objetivo: dar seguimiento y acompañar a la oposición venezolana para buscar una salida pacífica a la crisis.
Entre otros puntos abordados, se exigía la liberación de los presos políticos, la realización de elecciones libres y se criticaba la ruptura del orden institucional en el país vecino.
Esta instancia funcionó para ejercer presión sobre Maduro. Pero no tuvo mayores efectos prácticos. Con el cambio de gobierno en los países que la integraban, se fue desinflando.
#Internacionales | Petro mantiene comunicaciones con Venezuela para abrir las fronteras con Colombia ? https://t.co/yp03V1kLMm
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Iván Duque
Las relaciones llegaron a sus peores términos con la llegada del presidente Iván Duque, quien durante su período como senador denunció a Maduro ante la Corte Penal Internacional – CPI.
Delitos como tortura, asesinato, persecución a un grupo poblacional definido y arrestos masivos, entre otros. Esto marcó el talante con el que llegó el jefe de Estado colombiano.
Duque, de entrada, calificó de “ilegítimo” a Maduro y aceptó como presidente de Venezuela a Juan Guaidó, quien en enero de 2019, siendo presidente del Parlamento del país vecino, se autoproclamó como presidente interino.
Un mes después de este acontecimiento, Colombia apoyó el famoso concierto Venezuela Aid Live. Un multitudinario evento con el que se buscaba presionar a Maduro.
Esto para permitir la entrada a ese país de ayuda humanitaria que se encontraba almacenada en Cúcuta y para crear conciencia internacional sobre la crisis.
“Sería un error que Colombia vuelva a depender del gas que produce Venezuela”: Iván Duque https://t.co/F0VBjqLxQt
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Duque decidió apostarle a la estrategia del “cerco diplomático”, que buscaba el “restablecimiento de la democracia” en Venezuela.
Esto ocurrió en el peor momento de la emergencia humanitaria en la que se hundía ese país y con millones de migrantes caminando por las carreteras de Suramérica.
El cerco incluyó acusaciones en foros multilaterales como Naciones Unidas y la OEA. También apoyo abierto a opositores venezolanos. En la misma línea se promovieron y aplicaron sanciones internacionales a Maduro.
Este tipo de estrategias, si bien le han generado presiones a Maduro, no han logrado su salida del cargo.
Esto debido a que el régimen venezolano se aferró al poder a partir de colectivos armados. Estos atemorizan a la población y cuentan con el apoyo de disidencias de las FARC y el ELN.
Gustavo Petro anunció que Colombia abrirá sus fronteras con Venezuela. https://t.co/4DnDUTbUW4
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Se evidencia una alianza perversa
Así lo revela un extenso reportaje elaborado por la revista Semana, titulado ‘Manguala contra Colombia: los secretos de la alianza entre el gobierno de Maduro, las disidencias y el ELN’.
Allí se ponen en evidencia documentos secretos del Servicio de Inteligencia Bolivariano – SEBIN y del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana – FANB, que corroboran el apoyo de Maduro a grupos criminales colombianos.
Este entramado ha quedado al descubierto, con las muertes en territorio venezolano de Óscar Montero, alias El Paisa; Henry Castellanos, alias Romaña; y Seuxis Pausias Hernández, alias Jesús Santrich.
Cada vez que cae algún líder de organizaciones ilegales que, según inteligencia colombiana, se refugian en Venezuela, prima una ley del silencio por parte del régimen de Maduro.
A esto se suma la confirmación hecha por el ministro de Defensa, Diego Molano, en el sentido de que el atentado del 25 de junio del año pasado contra el helicóptero del presidente Iván Duque en Cúcuta y el ataque 10 días antes con carro bomba contra una brigada del Ejército, fueron “planeados desde Venezuela”.
El posible restablecimiento de relaciones entre los dos países tendrá que tocar entonces asuntos tan delicados como la crisis migratoria, el respeto de la soberanía y el refugio de Maduro a grupos ilegales que operan en Colombia.