Vídeos, que circulan sobre todo en Rusia, y diferentes reportes de equipos de investigación, dan cuenta de la brutalidad a la que pueden llegar los métodos que emplean los miembros del Grupo Wagner.
El Político
Según se ve en una filmación casera, este grupo puede llegar a torturar durante horas y hasta decapitar a su víctima.
Los periodistas y analistas que le han seguido el rastro lo describen como una red de mercenarios alineados con los intereses del gobierno de Vladimir Putin a la que llegan a describir como una especie de fuerza militar “no oficial” a favor de Rusia.
Estos expertos ubican operativos del Grupo Wagner en Siria y Libia, así como Sudán y la República Centroafricana. Todas estas apariciones tienen un elemento común, son lugares donde Moscú tiene intereses.
De acuerdo al servicio ruso de la BBC, el Kremlin rechaza la existencia de esta organización y niega que el gobierno de Putin pueda tener cualquier vinculación con Wagner.
Los mercenarios
El Grupo Wagner ganó notoriedad al apoyar a los rebeldes prorrusos en el conflicto armado de Ucrania que provocó la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.
Desde entonces, quienes lo han estudiado, lo describen como un ejército privado que puede contratar mercenarios para despliegues en zonas de guerra o realizar acciones más específicas como brindar seguridad o realizar ataques selectivos.
Para Amy Mackinnon, investigadora del portal de análisis Foreign Policy con sede en Washington, el Grupo Wagner es difícil de definir y de anticipar las operaciones del grupo precisamente por esas características.
“Podemos calificarlos también como una sombría red de operadores. Ellos pueden contratar diferentes mercenarios y reclutar combatientes”, señala la experta a BBC Mundo.
La analista pone el ejemplo del caso de la persona torturada y decapitada en el que la prensa rusa llegó a identificar a los perpetradores como contratistas privados de seguridad militar utilizados por el Grupo Wagner.
Mackinnon explica que este “modelo híbrido” y con “métodos brutales”, además, dificulta a los gobiernos de occidente a realizar acciones contra ellos.
Medios rusos e investigaciones de analistas han descrito a los participantes en las acciones del grupo como ultranacionalistas de extrema derecha en su mayoría.
Mientras tanto, Paul Stronski, director del programa sobre Rusia y Eurasia del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, señala a BBC Mundo que estos colectivos “actúan como multiplicadores de fuerzas de combate, comerciantes de armas, entrenadores del personal militar y de seguridad local”.
El experto indica que si bien el Grupo Wagner no es la única compañía militar privada originada en Rusia con estas características, sí es la más conocida.
Y encuentra antecedentes de su modelo en la Guerra de los Balcanes de finales del siglo pasado e incluso en los voluntarios rusos que combatieron en la Guerra Civil de España de la década del 30.
Añade que su capacidad de despliegue militar fluctúa entre cientos y miles cuando se encuentran en zonas de combate.
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Información de La Opinión