Los diálogos de paz del gobierno del presidente Gustavo Petro con la guerrilla del ELN, la segunda más grande y antigua del país después de las extintas FARC, se iniciaron en un hotel de lujo alojado en lo alto de un cerro, desde donde se ve toda Caracas.
El Político
Petro no ha dado mayores detalles —al menos de cara a la opinión pública— de lo que serán las negociaciones de paz con el ELN.
¿Por qué es importante?
Este nuevo acercamiento configura una de las apuestas más grandes del gobierno de Gustavo Petro que busca una salida negociada al conflicto armado con su llamada "Paz total".
Entre los negociadores escogidos por el presidente Gustavo Petro se encuentra alguna de su gente de más confianza, políticos que han militado en la izquierda toda la vida, pero también militares de posiciones conservadoras y hasta una figura que representa a la derecha que históricamente se ha opuesto a los procesos de paz.
Petro busca reintegrar en la vida civil a un grupo armado que está en guerra desde hace medio siglo. Siete presidentes anteriores fracasaron en el intento, reportó El Pais.
Para ello se instaló una mesa muy ecléctica, con la que aspira a crear consenso en la sociedad,
El jefe de los negociadores es un viejo amigo del presidente, Otty Patiño, un exguerrillero del M-19, formación en la que militó el propio Petro.
Le secundan dos importantes figuras de la izquierda, los senadores Iván Cepeda y María José Pizarro. Esos fueron los primeros nombres que se dieron a conocer y muchos pensaron que se trataba de una mesa demasiado progresista, que no representaba todas las sensibilidades del país.
Entre líneas
A las dos delegaciones se les ha asignado horarios distintos de comida y acceso a la sauna y la piscina en el hotel Humboldt. No habrá discusiones de pasillo ni propuestas por detrás.
La guerrilla tiene una obsesión con que todo se haga con luz y taquígrafos. Es en las mesas de negociación donde se tendrá que poner punto y final a la última guerrilla viva del continente.
En contexto
Las negociaciones de paz con el ELN, iniciaron con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos (2010-2018) y fueron interrumpidas durante el gobierno de Iván Duque (2018-2022) tras un mortal atentado terrorista en la escuela de Policías más grande del país y la negativa de la guerrilla de no liberar secuestrados.
Los detalles de la instalación de la mesa de negociación Gobierno – Eln en Caracas
— Iván Cepeda Castro (@IvanCepedaCast) November 21, 2022
En conclusión
Petro ha demostrado en estos primeros meses un enorme pragmatismo. Las Fuerzas Armadas tienen mucho poder en Colombia, cosechado durante décadas de guerra en el interior del país.
Una de las obsesiones del presidente es que este desarme no fracture Colombia de la forma en la que lo hizo el tratado de paz con las FARC, al que se opuso la derecha colombiana.
Por eso, ha incluido a José Félix Lafaurie, el representante de los ganaderos y los terratenientes, el segmento al que siempre se ha asociado el surgimiento del paramilitarismo. Incluyéndolo a él, el resultado de la negociación abarca a una Colombia que recelaba hasta ahora de este tipo de procesos.
Los militares tampoco se han quedado fuera de la negociación. Petro insinuó que no quería uniformados en las mesas, pero a la hora de la verdad ha escogido a dos —Orlando Romero Reyes y Álvaro Matallana— y a otros cuatro más como observadores.
Además, ha incluido a los empresarios al elegir como negociadora a Rosmery Quintero, presidenta del gremio de pequeños industriales.
Los mandos militares estaban en contra de la llegada al poder de Petro, al que veían como el enemigo. Si ellos se oponen, el proceso sería mucho más difícil y el ELN podría sentirse desprotegido en el momento de entregar las armas. Justamente, uno de los éxitos de la paz con las FARC fue integrar a los militares en la negociación.
Lograr que el ELN se convierta en un partido político es solo el inicio de lo que Petro llama la paz total, que supone acabar con todos los grupos armados del país.
Una tarea titánica en un lugar como Colombia, que ha ido superponiendo un conflicto a otro a lo largo de su historia.
Con estas negociaciones en Caracas, el Gobierno pretende que los guerrilleros entreguen las armas, pero el siguiente paso es que lo hagan narcotraficantes y criminales de todo tipo.
A ellos se les ofrecerá reducciones de condena, la no extradición a Estados Unidos y otros beneficios que todavía no han sido concretados. Pero antes de entrar en esas honduras, toca entenderse con el ELN, algo que no será ni sencillo ni rápido. Su comandante, Antonio García, ha puesto algunos reparos a la paz total por sentirse equiparados a delincuentes comunes.
Saludo la reanudación de los diálogos entre el Gobierno de Colombia y el ELN, hoy #21Nov. Nos complace ser el país sede de este momento histórico que abre el camino de la reconciliación y la Paz para el pueblo colombiano. ¡Todo nuestro apoyo! pic.twitter.com/q38SnjMcBo
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) November 21, 2022