Evergrande, considerada una de las mayores empresas del mundo, el segundo desarrollador inmobiliario más importante de China y miembro del Global 500, acumuló un pasivo de US$ 305 mil millones, en la práctica el 2% del PBI de la nación asiática. Por esta razón se vio obligada a deshacerse de cerca del 20% de las acciones que poseía del banco comercial Shengjing Bank, las cuales fueron ofertadas a un conglomerado de propiedad estatal por un monto de US$ mil 545 millones.
El Político
En el sitio informativo digital Ámbito, el analista de asuntos internacionales Diego Cafú, difunde un amplio análisis sobre la situación financiera dela firma china y sus repercusiones en la economía no solo de China, sino del planeta en general.
Comienza por recordar que Evegrande cotiza sus acciones en el mercado bursátil de Hong Kong y emplea a cerca de 200 mil personas y a unas 3 millones 800 mil de forma indirecta. Adicionalmente tiene en su haber más de mil 300 proyectos en 280 ciudades en China. Fuera del sector de retail, ha invertido en otras industrias. Entre ellas las de vehículos eléctricos, parques deportivos y temáticos, negocios de alimentos y bebidas. E incluso hasta posee un equipo de fútbol, el Guangzhou Evergrande.
Cafú comenta que la crisis de la gigantesca empresa radica en una razón sencilla: el régimen chino utilizó las herramientas económicas a su disposición para evitar el colapso de la empresa. Explica: “Es que si algo realmente dramático le ocurre a Evergrande, la prima de riesgo de la deuda de otros desarrolladores será mucho mayor. Creando un lastre productivo y financiero para el sector que podría generar derivaciones inusitadas. Por ende, el Partido Comunista debió realizar una tarea quirúrgica para no mostrarse como el gran hermano salvador. Pero tampoco dio cuenta de señales de ‘debilidad gubernamental’ que podrían haberse interpretado como incapacidad o falta de voluntad para el rescate”.
Gracias @Ambitocom por publicar la nota sobre el caso Evergrande y el rol de las grandes corporaciones a nivel global cuando no son reguladas. https://t.co/OxM3FjdzKb
— Diego Cafú (@CafuDiego) October 11, 2021
Evergrande bajo el foco de la economía mundial
A su modo de ver, las autoridades de Beijing saben que no puede arriesgarse a jugar con fuego y ha trabajado para frenar cualquier efecto rebote. De esta manera el Banco Central se comprometió a proteger a los consumidores expuestos al mercado de la vivienda. Y en efecto inyectó US$ 17 mil millones netos en el sistema financiero. En este sentido, serán los accionistas y prestamistas, tenedores de bonos en general, quienes lleven las grandes pérdidas. Aunque quedó claro que el gobierno se asegurará de que las más de un millón de casas y departamentos pre-vendidos sean entregados a sus compradores.
Añade que por otro lado, muy posiblemente el gobierno chino tomará ‘por asalto’ el directorio. Y que seguramente reorganizará Evergrande en varias unidades para poder vender algunas y dinamizar productivamente otras. Esta jugada táctica le permitiría hacerse de liquidez y llevar a cabo los procesos productivos que continuarán de manera eficiente y eficaz. Todo con el propósito reducir los pasivos y cumplir con los compromisos financieros y productivos asumidos.
Cafú comenta: “Por el contrario, cabe destacar que es poco probable que el gobierno central intervenga directamente para resolver la crisis en forma de rescate. Sería un ‘mal precedente’ para otras empresas que se han dedicado a potenciar el círculo vicioso del endeudamiento traccionado por promesas ejecutivas de imposible cumplimiento. Esto se ve más claramente reflejado en el reciente lanzamiento de la agenda de política interna de Xi Jinping. Centrada en la ‘prosperidad común’, un eje central en su apuesta por lograr un tercer mandato como jefe del partido comunista chino a partir de finales de 2022. Por ende, el rescate de Evergrande no encaja con la visión de una sociedad más equitativa. Donde las viviendas son bienes sociales en lugar de propiedades de inversión”.
Y concluye: “Lo único seguro, parafraseando al entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, es un sincero e históricamente probado “Son los monopolios sin regulación, estúpido”.
Fuente: Ámbito