El pasado miércoles Hillary Clinton volvió con Bernie Sanders a Durham, a la Universidad de New Hampshire. Aquí el 71% de los votantes en las primarias votó por Sanders, diez puntos más que en el estado en general. La candidata demócrata intenta ahora que quienes apoyaron a su rival, sobre todo jóvenes, no se queden en casa o voten a un político de un tercer partido.
Los dos entraron y salieron juntos del escenario con This Is My Fight Song, la canción de campaña de Clinton desde las primarias.
La aspirante a la Casa Blanca y su antiguo contrincante dieron cada uno un discurso y después se sentaron juntos a responder preguntas del público preseleccionadas y leídas por una moderadora.
El tema del día era cómo financiar la universidad para que los estudiantes no se gradúen cargados de decenas de miles de dólares en deudas. El escenario estaba rodeado de pancartas de “ free college”.
La pareja
Sanders habló durante unos minutos en el tono de sus mítines en las primarias. Se quejó de los “intereses especiales” y defendió el derecho a estudiar gratis en la universidad, uno de sus temas estrella cuando luchaba por ser el candidato demócrata. Sanders apoyó el plan de Clinton, que, empujada por su rival, propone que las familias que ingresan menos de 125.000 dólares al año no tengan que pagar para mandar a sus hijos a la universidad.
En un gimnasio de la Universidad de New Hampshire con una audiencia de estudiantes y seguidores más mayores, la candidata demócrata se dirigía a los jóvenes. “Quiero marcar la diferencia en vuestras vidas”, dijo. “Los próximos 40 días van a determinar los próximos 40 años”.
Con Sanders a su lado, Clinton intentó distanciarse de la imagen de millonaria amiga de los banqueros de Wall Street con que la retrató su rival en las primarias y por la que su impopularidad se disparó esta primavera.
Clinton habló del pequeño negocio textil de su padre y destacó que ella también tuvo que trabajar mientras estudiaba. Contó que su padre no podía pagarle los estudios de Derecho en Yale y que lo consiguió con una beca y préstamos cuando los costes no eran tan altos.
Como dice Bernie
La movilización de los jóvenes es una de las cuentas pendientes para la campaña de Clinton. En el gimnasio en New Hampshire, la campaña distribuyó pancartas con el mensaje de " I will vote” y la candidata animó a registrarse para votar en su web.
Para ella, la unión con Sanders es el arma para acercarse a los votantes más jóvenes y asegurarlos de que se pueden apoyarla con tranquilidad. Y por eso el pasado miércoles intentaba subrayar su cercanía.
Alabó varias veces a su “amigo” Sanders, le citó a menudo en sus respuestas (“como Bernie acaba de decir”, “como dice Bernie”, "sobre lo último que ha dicho Bernie") y sugirió que el senador de Vermont estará implicado en sus planes sobre educación. “Bernie y yo estamos emocionados con lo que podemos hacer juntos”, dijo Clinton.
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Sanders volvió a pedir el voto para ella y pidió a todos que convencieran a sus familias y que trabajaran para ella en New Hampshire, un estado clave y que incluso puede decidir las elecciones si la votación está muy ajustada. Pero Sanders también mantuvo su distancia, con su tono habitual más serio. Llamó a la candidata "la secretaria Clinton" y no la citó tanto como ella a él.
A la entrada del edificio donde se celebraba el acto, había una decena de personas que protestaban con pancartas a favor de Jill Stein y contra "la corrupta" Clinton. Dentro, los jóvenes en el público contaban que habían hecho la transición de Sanders a la candidata presidencial. Durante el acto, aplaudieron a ambos politicos.
De Bernie a Hillary
Algunos reconocían que les había costado pasarse a Clinton después de las primarias.
"Fue un poco difícil para mí. Me gustaba mucho Bernie, lo que tenía que ofrecer. Para un joven como yo sus ideas eran muy frescas. No habíamos visto algo así desde Barack Obama", explica Joseph Ramírez, un estudiante de Políticas de 18 años. "Ahora es mi obligación votar por Hillary para que se asegure de que no se pierde el trabajo de Obama".
Su familia vive en Long Island, pero cuenta que su familia es dominicana y cita las frases agresivas de Trump contra los inmigrantes como un motivo más para votar. "La idea de deportar a 11 millones de personas no sólo es ofensiva, sino que no es de lo que va América", explica.
Ramírez acaba de cumplir 18 años y ésta es la primera vez que votará en las elecciones. En las primarias demócratas, aún no habia llegado a la mayoría de edad, pero trabajó de puerta en puerta a favor de Sanders. Este miércoles lleva una pegatina de Clinton en la solapa, pero rechaza la oferta de subir al escenario cuando se la ofrecen. "Demasiadas televisiones", dice.
"Siempre hay dudas cuando estás apoyando a un candidato. Pero al final estábamos en el mismo lado", dice también Kendall Sebastian, una estudiante de Empresariales y Español de 22 años. Comenta que algunos de sus compañeros están "un poco indecisos".
Aunque dice que votará por Clinton, aún no sabe si irá de puerta en puerta o hará llamadas. Su padre ya está haciendo la campaña por la candidata demócrata en New Hampshire. "Al final, me convencerá", dice Kendall.
Con información de Univisión