La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, recurrió hoy al discurso del miedo a una eventual Presidencia de Donald Trump para movilizar a los afroamericanos, que están votando menos que hace cuatro años.
En un mitin en Winterville (Carolina del Norte), Clinton presentó a su oponente como alguien que tiene la simpatía de grupos racistas como el Ku Klux Klan (KKK), con un largo historial de "discriminación" hacia la población negra en sus negocios inmobiliarios y que "no tiene ni idea" sobre esta comunidad.
"Trump piensa que las vidas de los negros son crimen y pobreza, no tiene ni idea de la excelencia de sus universidades, ni de su activismo ni del éxito de los líderes negros en cualquier campo", afirmó la demócrata.
Carolina del Norte es uno de los estados clave en las elecciones del 8 de noviembre: los dos candidatos están empatados a día de hoy con el 46,4 %, según la media de sondeos que elabora la web Real Clear Politics.
Este estado del sureste estadounidense tiene 15 votos electorales sin los que Trump tendría muy difícil llegar a la Casa Blanca.
Las dos campañas han redoblado esfuerzos en los últimos días en este estado para movilizar a sus respectivos electorados, sobre todo la de Clinton, ante el alarmante dato de que los afroamericanos están votando menos que hace cuatro años.
La candidata tuvo un gran apoyo afroamericano durante las primarias, pero en las elecciones generales no está logrando despertar el entusiasmo que generó el primer presidente negro de la nación, Barack Obama, al que envío ayer al estado para movilizar al votante negro y joven.
Hoy Clinton apeló al miedo a que la Presidencia de Trump pase de ser temor a realidad: "Imagínenlo jurando el cargo en el Capitolio, imagínenlo en el Despacho Oval tomando decisiones".
"No podemos volver a cuando se podía discriminar de forma oficial", subrayó, tras acusar al empresario de ser un altavoz de "los prejuicios racistas" y señalar la simpatía que tienen por él grupos supremacistas blancos.
En este sentido, dijo que en Estados Unidos "nunca debe ser aceptable" que se produzcan ataques como el incendio del martes en una iglesia de la comunidad negra en Greenville (Misisipi) en el que los autores pintaron con aerosol el mensaje "vota Trump" en el exterior, un incidente que la campaña del magnate condenó.
La demócrata terminó su mitin con una llamada indirecta a los que no están convencidos de su candidatura pero sí de la gestión de Obama, al prometer "defender su legado y construir a partir de él".
Donald Trump, por su parte, comenzó su mitin en Concord (Carolina del Norte) con la promesa de revocar las políticas del actual presidente y lo terminó diciendo que "no puede haber otros cuatro años de Obama" a través Hillary Clinton.
En un discurso sin novedades y en el que fue saltando por los temas en los que ha basado su campaña (muro con México, empleos que se van a China, amenaza yihadista), Trump afirmó que Clinton "no tiene derecho a estar compitiendo por la Presidencia" dada la investigación del FBI sobre su uso de un servidor de correo electrónico privado cuando era secretaria de Estado (2009-2013).
"Si ganara se crearía una crisis constitucional sin precedentes, estaría bajo investigación por muchos años y terminaría en un juicio criminal", afirmó.
Por otro lado, consciente de lo clave que es el apoyo militar en Carolina del Norte, presumió de que le respaldan "más de 200 comandantes" y prometió reforzar las "muy mermadas" Fuerzas Armadas.
Además dijo que Clinton "es muy inestable" y alardeó de que "lo mejor" que él tiene es "su temperamento de ganador".
"No importa cómo te sientas, aunque estés enfermo, tienes que salir de la cama e ir a votar. Están a cinco días del cambio por el que han esperado su vida entera", llamó Trump al cierre de su mitin.
El empresario no hizo referencia al voto afroamericano en un estado en el que los negros son más del 20 por ciento de la población y evitó su anterior discurso derrotista sobre cómo vive esta comunidad ("en pobreza, crimen, peor que en zonas de guerra") que le valió numerosas críticas y que terminaba siempre con un: "Voten por mí. ¿Qué diablos tienen que perder?".
Con información de: EFE