Manipular la moneda, los intereses, devaluar y fortalecer el dinero son estrategias que inciden en todo el mundo, todas traen ventajas y desventajas. Una moneda fuerte permite comprar, una moneda débil facilita las ventas. Y esas son las armas de la guerra comercial
El Político
Neil Irwin, destacado redactor económico del New York Times escribió un editorial que contiene las claves para comprender este proceso, las cuales se presentan en este resumen.
- El lunes 5 de agosto fue el principio de lo que eventualmente llevaría a la crisis financiera global. Fue el día en que los préstamos se congelaron en los bancos de Europa, a causa del colapso en el mercado para los bonos respaldados por hipotecas estadounidenses, y los bancos centrales intervinieron para intentar que el dinero siguiera circulando.
- Las dos economías más grandes del mundo están en rumbo de colisión, que la guerra comercial entre los dos no tendrá una solución sencilla, y que esta tensión podría difundirse a otras áreas de la política y crear peligrosos efectos mariposa en la economía mundial.
- El martes pasado, el presidente Donald Trump dijo que pondría 10% de aranceles en los 300 mil millones de dólares de bienes de importación de China, terminando un período de cierto alivio entre ambas naciones. El lunes, el gobierno chino permitió que su moneda cayera por debajo del nivel, importante simbólicamente, de siete-a-un-dólar, un movimiento de castigo, aparentemente, que implica que las tensiones comerciales han migrado a otro campo de batalla
- Una moneda china un poco más barata no tendría que tener tan grandes consecuencias en la economía global. Lo que ocurre es que los inversores están advirtiendo que la guerra comercial sigue escalando y difundiéndose en el mercado cambiario global. El lunes, los chinos básicamente redujeron la escala de dicha intervención y dejaron que el valor del yuan cayera y se acercara al valor que tendría en un mercado abierto.
- Son los mercados de bonos globales los que muestran los signos más alarmantes acerca de las perspectivas de crecimiento de los Estados Unidos y gran parte del mundo. Los bonos del tesoro a diez años rendían un 1,72% al cierre del lunes, 2,06% menos que la semana anterior.
- “Los chinos han dado una señal clara de que están listos para la pelea”, dijo Paul Blustein, investigador titular en el Centro para la Innovación de Gobierno Internacional y autor de “Schism”, un libro que saldrá publicado el mes que viene, sobre la crispada relación entre Estados Unidos y China.
- Trump podría desdecirse de su última amenaza arancelaria y calmar las cosas, o hacer un movimiento en la dirección opuesta, incrementando los aranceles en esos 300 mil millones de dólares de bienes importados de China. Pero un tema recurrente de los últimos dos años es que los conflictos comerciales en la era Trump parecen no resolverse nunca, más bien parecen atravesar fases de menor o mayor intensidad.
- La guerra comercial no está ya confinada al comercio.Una economía china un poco más lenta está ejerciendo una presión descendente sobre el yuan, también conocida como ‘renminbi’. Una presión que el gobierno chino ha resistido, con la intervención de su banco central y control de capitales, con la intención de evitar que los ciudadanos chinos saquen su dinero del país. El riesgo es que Trump, y eventualmente los líderes de otras naciones, concluyan que el tipo de cambio es un buen botín, un arma buena y apropiada para usar en disputas comerciales.
- Las disputas comerciales y las disputas monetarias históricamente han ido de la mano. Muy notablemente durante la Gran Depresión, los países competían por devaluar sus monedas en políticas de “empobrecer-al-vecino”, que al final hicieron que todos fueran más pobres. Es menos claro cómo se vería una guerra monetaria en el siglo XXI.
- Si Trump dirige su administración a intentar una depreciación del dólar usando a las autoridades del Departamento del Tesoro para intervenir en los mercados, o consigue que la Fed baje de manera más agresiva las tasas de interés para bajar el valor del dólar, eso podría dar coraje no solamente a China sino a otras potencias económicas, como Japón, Corea del Sur y Europa, a hacer exactamente lo mismo.
- Toda la estructura de instituciones internacionales cuyo propósito era prevenir las políticas de la era de la depresión podría estar amenazada. En ese marco, ningún país podría alcanzar una ventaja económica duradera, y una serie de instituciones financieras que han servido bien al mundo podría ver sus bases socavadas.“Si uno no cambia los fundamentos de la economía, intervenir los mercados cambiarios no será efectivo”, dijo David Dollar, investigador titular en Brookings Institution, y un ex representante del Departamento del Tesoro en China.
- ¿Esto va a dañar el corazón de las instituciones económicas?” No hay nada en la economía mundial de los últimos años que haya sido lineal o predecible. No hay ninguna razón por la que los hechos del 5 de agosto de 2019 sean necesariamente el primer capítulo de un libro futuro acerca de la Recesión Global del 2020.
- Es importante que los líderes mundiales comprendan qué es lo que está en juego. Y el difundido pesimismo en los mercados el lunes pasado es una buena señal.