China se acostumbró a estar en la élite del deporte mundial y sus actuaciones en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos así lo certifican. Sin embargo, la nación asiática se siente en deuda con el fútbol. Por eso, ha empezado un ambicioso plan para convertirse también en una referencia del deporte más popular del planeta.
Félix R. Gutiérrez Rodríguez / El Político
El gobierno de Pekín y la Federación China de fútbol explicaron que el plan pretende que su país sea una “súper potencia mundial” de la disciplina en 2050. ¿Cómo lo harán? Invirtiendo en infraestructuras para que unos 50 millones de chinos estén practicando el deporte en 2020 y en 2030 haya una cancha por cada 10.000 habitantes.
La selección china clasificó solo una vez a un mundial de fútbol, en 2002, cuando Corea y Japón fueron los primeros anfitriones asiáticos en la historia del magno evento. El actual presidente chino, Xi Jinping, dijo que su país no se puede quedar atrás. Espera que China no solo organice una Copa del Mundo, sino que la gane, al menos en 15 años.
Las ambiciones son grandes, pero la nación más poblada del mundo asegura tener con qué lograrlo. Las multimillonarias contrataciones en la liga local son una demostración del poder que esta potencia mundial tiene para impactar en el mercado futbolístico.
Un destino raro pero millonario
Ezequiel Lavezzi, Carlos Tévez, Oscar, Hulk y Jackson Martínez, además de ser futbolistas destacados en su selección nacional, tienen algo en común: fueron tentados por la cartera de los magantes asiáticos que conducen la liga china de fútbol.
La Súper Liga China quiere presumir a talentos del fútbol universal pero de una forma distinta a la aplicada en las ligas millonarias Major League Soccer (Estados Unidos) o la Liga de Catar, donde estrellas como Xavi Hernández, Thierry Henry o Raúl González han firmado contratos millonarios para su jubilación competitiva.
China, por el contrario, quiere incorporar en sus 16 equipos a futbolistas de renombre mundial que cuentan con pocas oportunidades en ligas europeas: el brasileño Oscar no tuvo regularidad en el Chelsea inglés y el colombiano Martínez no termino de encajar en el Atlético de Madrid dirigido por Diego Simeone. Ambos son ejemplo del perfil que quieren los chinos para su torneo local: futbolistas talentosos en el mejor nivel de su carrera. De esta forma, esperan que los equipos no solo exhiban grandes nombres sino que estos puedan durar varios años.
Sin embargo, China no termina de ser del total agrado para estas estrellas. Al menos así lo demostraron las experiencias recientes: el marfileño Didier Drogba dejó el Shanghái Shenhua solo tres meses después de su fichaje, mientras que el colombiano Martínez podría regresar a Europa, donde el Leicester inglés lo pretende, tras su primera temporada en el Guangzhou Evergrande. A diferencia de Catar y Estados Unidos, la cultura en China puede pesar aún más para los jugadores extranjeros, quienes compiten en plantillas con mayoría de jugadores asiáticos.
Los escándalos de corrupción han sido otro de los males que ha enfrentado la Súper Liga China. En 2013, 33 jugadores y dirigentes fueron sancionados por arreglo de partido, un suceso que ha querido olvidar el fútbol local para continuar con el proyecto nacional de crecimiento en la disciplina.
Nombres que valen millones
Carlos Tévez (Argentina). El delantero argentino será el futbolista mejor pagado del mundo, luego de que acordó un contrato de 80 millones de euros por dos años con el Shanghai Shenhua. El ex jugador de Boca Juniors (Argentina) terminará su carrera cobrando al menos 42 millones de dólares por temporada.
Oscar (Brasil). El mediocampista que jugaba en el Chelsea cobra 25 millones de dólares por temporada desde que firmó un contrato de 61 millones de euros con el Shanghai SIPG.
Hulk (Brasil). El delantero pasó del Zenit de San Petersburgo (Ucrania) al Shanghai SIPG por 55,8 millones de euros. El jugador cobra 21 millones de dólares al año, cantidad similar a la que reciben Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
Graziano Pellé (Italia). Luego de una gran Eurocopa 2016, recibió una oferta millonaria del Shangdon Luneng, equipo que le paga 16 millones de dólares al año.
Ezequiel Lavezzi (Argentina). Decidió abandonar el Paris Saint Germain (Francia) para aventurarse en China, donde el Hebei Fortune le paga 15 millones de dólares por temporada.
Asamoa Gyan (Ghana). El Shangai SIPG se hizo con los servicios del delantero, que acordó un contrato de 332 mil dólares semanales y que le permitirá cobrar casi 16 millones de dólares al año.
Jackson Martínez (Colombia). Llegó del Atlético Madrid al Guangzhou Evergrande por 42 millones de euros y actualmente tiene un sueldo de 13 millones de dólares anuales.
Ramires (Brasil). Un total de 34 millones de euros tuvo que pagar el Jiangsu Suning para llevarse al centrocampista brasileño del Chelsea. Su salario anual con el equipo chino es de 13 millones de dólares.
Alex Teixeira (Brasil). El futbolista llegó al Jiangsu Suning por 50 millones de euros. Decidió abandonar el Shaktar Donetsk (Ucrania) antes de llegar a China y ahora su sueldo anual es de 12 millones de dólares.
Invadiendo el mercado
El poderío económico de los chinos no solo ha derivado en contrataciones millonarias de futbolistas; también se ha evidenciado en la serie de adquisiciones que empezaron sobre Europa, donde los grupos empresariales asiáticos han comprado acciones en clubes o han realizado acuerdos comerciales más que llamativos.
El grupo empresarial Dalia Wanda Group, por ejemplo, es dueño de 20% del Atlético de Madrid (España) y el China Media Capital tiene 13% de participación en el Manchester City (Inglaterra). La multinacional Wuhan Double también ha extendido sus propiedades en el viejo continente: controla parte del Granada (España) y el Slavia Praga (República Checa). Otras empresas más pequeñas no han sido ajenas al fenómeno de mercado: la juguetera Rastar Group, de Chen Yansheng, es dueña de 45% del Espanyol de Barcelona, mientras que el Recon Group-Tony Xia tiene control total sobre el Aston Villa inglés.
Otros clubes europeos también han apostado por el mercado asiático. Juventus, Milan, Napoli, Tottenham son algunos de los equipos que han firmado contratos de exclusividad para que sus productos se vendan en el portal Alibaba, un consorcio privado chino con sede en Hangzhou dedicado al comercio electrónico en Internet.
"Cada año el número de clubes capaces de hacer grandes gastos parece aumentar a medida que vemos más y más clubes tomados por grandes empresas. Incluso la segunda división ahora está comenzando a ver la inversión creciente", explicó Chris Atkins, un experto en fútbol chino y representante de jugadores en el país asiático e intermediario a Sky Sports.
Primero la casa
El proyecto para convertir a China en una referencia mundial del fútbol no solo consiste en impactar en el mercado; la meta también es generar el talento en casa. Por esa razón, la Súper Liga limitó a tres el número de jugadores extranjeros que cada equipo puede alinear en un partido.
La medida se tomó este año, luego de que la prensa local criticó la reciente ola de fichajes de estrellas internacionales. La nueva ley establece que cada equipo podrá contar con máximo cinco futbolistas de otro país y deberá dejar siempre a dos de ellos en el banquillo por cada partido.
Otra medida anunciada por las autoridades del torneo local es la obligación de tener en la plantilla al menos dos jugadores menores de 23 años de edad y que uno de ellos sea titular en cada partido. Esta norma se suma al requisito que tenían los equipos locales de alinear siempre a un portero de origen chino, una medida que surtió efecto con el guardameta del Guangzhou Evergrande Zeng Cheng, quien se convirtió en ídolo cuando su equipo conquistó la Asian Champions League en 2013 y en 2015.
Esa generación de talento es la que China necesita para que la selección nacional masculina, actualmente ubicada en el puesto 80 del ranking la FIFA, se convierta en la mejor de Asia para el año 2020 y que sea “una superpotencia futbolística de primera clase que contribuya al mundo del fútbol internacional" para 2050. Las proyecciones de las autoridades chinas estiman que el combinado femenino sea de los mejores del mundo en solo 13 años.