China ha optado por una política de defensa de sus valores similar a la que propone Jean-Noël Barrot, Ministro de Transición Digital y Telecomunicaciones francés, pero teñida por su miedo al aperturismo, al pensamiento crítico y a la confrontación de ideas.
El Político
Pekín ha prohibido la entrada de ChatGPT en el país y ha apostado por desarrollar sus propias versiones.
Los clones de ChatGPT creados por los gigantes tecnológicos chinos están restringidos por la norma impuesta por Pekín que limita la investigación, el desarrollo y el uso de IAs generativas en todo lo que no se ajuste a los ideales del Partido Comunista Chino.
Panorama general
Si China puede ser la primera en la gobernanza de la IA, podrá proyectar esas normas y reglamentos en el ámbito mundial, dando forma a mercados lucrativos y flexibles.
Al mismo tiempo, la rápida regulación de Pekín consigue tres objetivos en el ámbito nacional:
Refuerza el control del debate por parte del gobierno central.
Crea entidades corporativas híbridas vinculadas al Partido Comunista Chino.
Aumenta la confianza en la IA -que ya se encuentra entre las más altas del mundo-, lo que impulsa la aceptación por parte de los consumidores y estimula el crecimiento.
Entre líneas: Tras ir a la zaga de Occidente en las sucesivas revoluciones industriales, los dirigentes de Pekín están decididos a no volver a ser humillados en la era de la IA.
Las autoridades chinas cuentan ya con seis años de experiencia en la creación de conocimientos sobre la regulación de la IA desde que lanzaron un Plan de Desarrollo de la Inteligencia Artificial de Nueva Generación en 2017.
Están utilizando la regulación como una forma de política industrial, además de los subsidios tradicionales.
Pekín cree que unas normas claras sobre IA ayudarán al público a confiar en la IA.
¿Por qué es importante?
El gobierno de Biden va por detrás tanto de aliados como de adversarios en lo que respecta a los guardarraíles de la IA, reportó Axios.
Mientras que los funcionarios de Washington hablan de ofrecer derechos a los usuarios e instan a los directores ejecutivos a mitigar los riesgos, Pekín y Bruselas están realmente ofreciendo derechos y mitigando los riesgos.
Además, los dirigentes estadounidenses temen que China acabe superando a EEUU en el desarrollo de la inteligencia artificial.
Pekín ya va muy por delante de Washington en la promulgación de normas para esta nueva tecnología.
Panorama general
Matt Sheehan, experto chino en gobernanza de la IA en Carnegie Endowment for International Peace, dijo a Axios que los primeros esfuerzos reguladores de Pekín fueron avivados por el miedo a los inconvenientes de la IA, y que ha aprendido mucho en seis años.
El futuro: Toner, de Georgetown, espera que la normativa china empuje a sus empresas a "inclinarse por aplicaciones B2B con casos de uso más limitados, ya que son más fáciles de formar y utilizar dentro de unos estrechos límites", y China luchará por "hacer avanzar la frontera del campo."
En contexto
Las Inteligencias artificiales generativas, como el famoso ChatGPT o Midjourney —una IA que crea imágenes asombrosamente realistas a partir de una descripción de texto—, han entrado en nuestra vida como un toro bravo en una tienda de jarrones.
Sus beneficios son enormes, pero también lo son sus potenciales peligros. La vertiginosa carrera que hay entre las empresas que las desarrollan por sacar versiones nuevas y más potentes está haciendo que los Estados empiecen a sentir vértigo por el futuro de una tecnología que no sabemos hasta dónde llegará.
Funcionarios chinos cerrarán consultas el miércoles sobre una segunda ronda de regulación de IA generativa, basándose en un conjunto de normas que rigen deepfakes acordadas en 2022.
Sé inteligente: Las normativas chinas sobre IA regulan lo que las empresas de China hacen con la IA, pero muy pocos en Occidente creen que vayan a restringir el poder absoluto del gobierno chino de forma real.
Los esfuerzos de Estados Unidos por regular la IA apuntan tanto a las empresas como al gobierno.
En conclusión
La prioridad de China es minimizar la perturbación social a medida que despliega la IA. Pekín también ha aprendido de las sanciones a Huawei y de los controles estadounidenses a la exportación de chips que China necesita estar preparada para innovar sola.
Al avanzar rápidamente en la regulación, Pekín está creando una base para las exportaciones de IA en todo el Sur Global y en los países que participan en su Iniciativa Belt and Road.
Los avances de la IA generativa se han producido en Estados Unidos, pero la adopción de la IA orientada al consumidor está muy extendida en China.
Xiaoice, el chatbot de Microsoft centrado en China, tiene 660 millones de usuarios, y Pekín apuesta por acelerar la regulación de la IA para impulsar su adopción.
Para minimizar los trastornos sociales, los líderes del partido aceptan que el público debe apoyar la IA y disfrutar de sus beneficios.
"No se puede tener un ecosistema de IA vibrante si los consumidores no confían en los productos de IA lo suficiente como para utilizarlos", dijo a Axios Helen Toner, directora de subvenciones del Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de Georgetown.
Sí, pero..: Los conocedores de la industria tecnológica ven la regulación como un lastre para el rápido desarrollo de la IA, por lo que muchos ven el liderazgo de China en este ámbito como una ventaja para Estados Unidos.
En China, igual que sucede en el resto del mundo, la carrera por sacar al mercado estas inteligencias artificiales es vertiginosa.
Alibaba, Baidu o Huawei se apresuran por sacar modelos cada vez más avanzados de estos ‘chatbots’ que, desde este mismo martes, tienen que estar dentro de los 21 artículos que componen las Medidas Administrativas para los Servicios de Inteligencia Artificial Generativa, redactados por la Administración del Ciberespacio de China.
Estas normas exigen, entre otras cosas, que los contenidos generados por IA "reflejen los valores fundamentales del socialismo y no deben contener subversión del poder del Estado, derrocamiento del sistema socialista e incitación a la división del país".
Así como la prohibición de promover el terrorismo, la violencia, el extremismo, el odio étnico y la discriminación, la pornografía, la información falsa y los contenidos que puedan alterar el orden económico y social.
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