La devaluación del yuan, la mayor en once años sacudió las bolsas de todo el mundo y pérdidas multimillonarias como Apple e IBM
El Político
Muy risueño y optimista abandonó el presidente norteamericano Donald Trump la Cumbre del G-7 en Biarritz, Francia, con palabras elogiosas para su homólogo chino Xin Jing Ping, a quien calificó como ““una de las razones por las que China es un gran país es que entiende cómo funciona la vida”.
Ese cambio tan brusco del presidente Trump al referirse a quien apenas una semana había llamado “el gran enemigo”, fue sorprendente, máxime cuando continuó: “nos han llamado a conversar, veremos qué pasa.
China empuja la daga
Pero mientras se hacían esas carantoñas verbales , el yuan chino cayó a un nuevo mínimo desde 2008, lo que provocó en las acciones estadounidenses la mayor caída del año y deprimió también los valores de las principales capitales europeas. La medida ha provocado fuertes descensos en las bolsas chinas: el parqué hongkonés ya registraba subidas superiores al 3% al final de su sesión.
Según consignó la agencia Bloomberg, en la jornada del lunes se redujo en más de US$700.000 millones el valor de las acciones de Estados Unidos, con el índice S&P 500 cayendo 3%. Todas las compañías, excepto 11, cotizaron a la baja. Las pérdidas en el Dow Jones Industrial Average superaron los 700 puntos, ya que Apple e IBM cayeron al menos un 4%.
Apple, la compañía de electrónica de consumo más influyente del mundo perdió US$44.000 millones de valor de mercado el viernes, cuando un par de pronunciamientos de Pekín y Washington afectaron a la empresa que tiene una enorme base de producción en China, donde se fabrican casi todos los iPhone del mundo.
El optimismo de Trump
Una de las principales quejas del Gobierno estadounidense en el marco del conflicto comercial es la denuncia de que Pekín supuestamente manipula su divisa para evitar que se aprecie en demasía y que, por tanto, sus exportaciones pierdan competitividad. Sin embargo el optimismo del presidente norteamericano, tras abandonar la Cumbre del G-7, podría hacer pensar que no cree que la llamada Guerra Comercial deba extenderse, y que se requiere un mecanismo de conciliación, Eso significaría que las reuniones bilaterales seguirían el próximo lunes.
El vice primer ministro chino Liu He, jefe de la delegación de su país en esas negociaciones, ha subrayado por su parte que una escalada “sería perjudicial para todos” y ha instado a una “negociación reposada”.El portavoz Geng Shuang insistió en que es necesario que los dos países resuelvan sus diferencias mediante el diálogo.
Pekin seguirá tomando medidas
Si la disputa no consiguiera resolverse y Estados Unidos continúa adelante con sus amenazas de nuevos aranceles y salida de empresas de China, “Pekín seguirá tomando medidas para proteger nuestros derechos e intereses legítimos”, subrayó Geng. El portavoz también matizó que, en caso de completarse un divorcio comercial y tecnológico entre las dos potencias, China “tiene un amplio margen de maniobra” y puede cubrir el hueco que deje Estados Unidos con otros mercados. “La separación no es una buena manera de aliviar los tensiones”, agregó.
Como puede apreciarse nada está claro en este complicado mundo comercial.