La Ley de Presupuesto 2017 de Chile limitará los proyectos de inversión pública para incrementar los fondos destinados a salud y a la reforma educacional, dijo a Bloomberg el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.
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De esta manera, el titular de las finanzas públicas reafirma lo que dijo esta semana el vocero de Gobierno, Marcelo Díaz, al precisar que los mayores aumentos serán en esas carteras, "pero también hay gastos importantes en seguridad" por sobre la inversión pública.
"Habrá cierta normalización de las políticas de inversión, de modo que haya margen para otros gastos", dijo Valdés en referencia a que algunos proyectos de inversión pública se reasignarán y otros no se iniciarán. El Gobierno instrumentó políticas expansivas de inversión en 2014, 2015 y 2016, pero tiene que limitar el gasto para cumplir con su objetivo de reducir el llamado déficit estructural un 0,25% anual del PIB a los efectos de alcanzar un equilibrio para 2020.
"Toda regla fiscal es perfectible, pero la nuestra es una buena combinación de flexibilidad y disciplina (…) Nuestra política de atenernos de manera estricta a la regla fiscal es coherente con la calificación crediticia que tenemos", comentó el ministro.
Chile tiene la cuarta mejor nota posible de Moody’s Investors Service y S&P Global Ratings, lo cual pone al país a la par de China y Taiwan y un nivel por debajo de Francia.
Pronóstico optimista
El gasto fiscal creció 2,7% durante el segundo trimestre, lo que contribuyó a compensar la caída de 0,4% del gasto de los hogares. El Gobierno no recortará el gasto fiscal y espera que la inversión privada aumente e impulse el crecimiento en los próximos trimestres.
"El ajuste de la inversión relacionada con la minería ha sido más profundo de que habría podido estimarse, y aún no ha tocado fondo. Pero lo hará en algún momento y eso dejará de afectar la inversión total", explicó Valdés.
Las instituciones de Chile, sus regulaciones y los indicadores macroeconómicos son sólidos y hay motivos para ser optimistas, dijo el secretario de Estado. Pero incluso si la recuperación está cerca, el PIB potencial se ha desacelerado. Un síntoma es el desempleo de 7,1% en julio, el mayor en cinco años pero menor que el promedio de 8,1% de los últimos 30 años.
"Es ambivalente: el bajo desempleo siempre indica que las brechas de capacidad de la economía no son tan grandes, pero por otro lado el PIB potencial crece con más lentitud. ¿Qué es preferible, un desempleo y un PIB potencial elevados o lo contrario? Es complejo decidir", comentó.
Con información de Emol