Un total de 549.209 inmigrantes que en algún momento solicitaron asilo en Alemania y vieron denegada su petición continúan viviendo en este país, el 75 % de ellos (406.065) desde hace más de seis años, según cifras facilitadas por el Gobierno en una respuesta parlamentaria.
Del total de personas sin derecho a asilo, casi la mitad, el 46,6 %, posee ya un permiso de residencia permanente -por ejemplo, porque se han integrado en Alemania y no mantienen un vínculo estrecho con su país de origen-, el 34,8 % tiene uno temporal y el 18,6 % es "tolerado" o bien no consta sobre ellos ningún estatus, de acuerdo a los datos que difunde el popular diario Bild.
El grueso de las personas que vive en Alemania tras ser rechazada su petición de asilo vio su solicitud denegada hace años: más de 165.000 entre 1990 y 1999, más de 220.000, entre 2000 y 2009, y más de 128.000, a partir de 2010.
La mayoría de extranjeros a quienes les fue denegado el derecho de asilo proceden de Turquía (77.600), Kosovo (68.549) y Serbia (50.817).
Según la respuesta del Gobierno a la interpelación parlamentaria que presentó La Izquierda, en Alemania viven 168.212 extranjeros "tolerados", cuya expulsión no se ha llevado a cabo por razones diversas.
Así, 37.020 personas no poseen un pasaporte o documentación equivalente y, en el caso de 107.400 extranjeros, la expulsión no es posible por "otros motivos", como, por ejemplo, por no contar sus países de origen con autoridades operativas.
Para 10.620 extranjeros la expulsión ha quedado en suspenso porque la situación en sus países de origen no es segura.
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En tanto, 3.407 inmigrantes pueden permanecer en Alemania porque están cursando una formación o están cuidando a familiares enfermos y otros 1.762 pueden quedarse por razones de salud, mientras que 440 están siendo procesados.
El jefe del Sindicato de la Policía Alemana (DPoIG), Rainer Wendt, criticó que "existe una verdadera industria de obstaculización de las expulsiones" y llamó a "cambiar urgentemente" esta situación.
La Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado a la Unión Cristianodemócrata CDU) de la canciller Angela Merkel, y el partido de la derecha radical Alternativa para Alemania (AfD), consideraron que esas cifras evidencias las flaquezas de la política de asilo.
"Consentir que los peticionarios rechazados de burlen del Estado destruye la confianza del ciudadano en su eficiencia", apuntó el exministro del Interior y miembro de la CSU Hans-Peter Friedrich.
El líder de AfD en Berlín, Georg Pazderski, calificó de "escandaloso y altamente alarmante" lo que, a su juicio, es una muestra del "fracaso del Estado" respecto a los asilados y sentenció que los peticionarios de asilo "hacen lo que quieren".
Con información de EFE