En un hotel de Teherán permanecen los cinco ciudadanos estadounidenses a los que el régimen iraní podría liberar dentro de poco. La posible excarcelación sería el resultado de dos años de negociaciones entre representantes de la administración Biden y las autoridades persas.
El Político
Siamak Namazi, Emad Shargi y Morad Tahbaz, además de otros dos ciudadanos que no han sido identificados, abandonaron, este jueves, de la Prisión de Evin, una cárcel ubicada en el barrio homónimo de la capital iraní.
Los cinco cuentan con doble nacionalidad, un estatus que no es reconocido por las autoridades persas. A todos se les encarceló por supuesta conspiración, espionaje y contacto con el Gobierno de Estados Unidos.
La eventual liberación ha sido confirmada por el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Adrienne Watson, su portavoz, dijo en un comunicado que las gestiones “continúan” y las calificó como “delicadas”.
Jared Genser, abogado y representante legal de Namazi, Shargi y Tahbaz, se refirió a la situación de “arresto domiciliario” en la que se encuentran sus clientes. “Espero que sea el primer paso en su liberación definitiva”, comentó.
¿A cambio de qué?
La liberación de los cinco estadounidenses confirmaría la existencia de un pacto entre las autoridades de Estados Unidos y el Ejecutivo de Irán.
Aunque las naciones se consideran enemigas y no comparten representaciones diplomáticas en sus territorios, sus gobiernos habrían estado conversando con la intermediación de otros países de Oriente Medio.
Durante las negociaciones, Teherán habría planteado un pliego de condiciones que incluye el desbloqueo de 6.000 millones de dólares que fueron ganados por los persas a través de su actividad petrolera y que permanecen congelados en Corea del Sur.
Irán también ha solicitado que Washington apruebe la puesta en libertad de varios de sus nacionales, quienes se encuentran recluidos en penitenciarías de los Estados Unidos.