El Político.- En Venezuela ya es común ver a personas comer de la basura. En cada esquina de cada estado ocurre. También lo es ver a niños y adolescentes mendigar migajas de alimentos entre ropa vieja y sucia que señalan el nivel de pobreza que padecen.
Aunque el Gobierno venezolano insistentemente ha negado que exista una crisis humanitaria en la nación petrolera, la historia realmente es otra. De hecho, la propia presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez, admitió que ha visto a personas comer de la basura, hecho que adjudicó a un supuesto bloqueo económico contra Venezuela desde Estados Unidos cuando anunció sanciones financieras, las cuales fueron hace menos de un mes.
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En cuanto a la desnutrición infantil, Hernández citó la reciente encuesta de Cáritas que reveló que 60% de 486 niños menores de 5 años que pesaron y midieron desde el último trimestre del año pasado hasta el 31 de julio de 2017 presentó desnutrición aguda grave.
A diferencia de ello, entre octubre y diciembre de 2016, la desnutrición aguda marcaba 8,9 puntos y la muestra revelaba una situación de alerta, según la clasificación integrada de Seguridad Alimentaria en Emergencias Humanitarias. El segundo boletín fue de enero y febrero de 2017 y el índice reportado era 10; y en el último, de marzo y abril, el valor era 11,1.
Cambio de patrones
Hernández expuso que el venezolano se ha visto obligado a cambiar patrones de alimentación. De hecho, la arepa, un alimento tradicional en la mesa criolla, no está siendo consumida por la mayoría del país.
“En Venezuela es consumida menor cantidad que antes, menos personas accede a la harina de maíz a pesar que es parte de cultura. Por eso hemos visto de manera exponencial el incremento de consumo de tubérculos de yuca, papa, ocumo, apio“, explicó.
Asimismo, indicó que las porciones de comida también han sido reducidas. “El número de comida ha descendido y eso demuestra la crisis alimentaria que hay en este momento. Estamos viendo que más de un 30% de la población no realiza las tres comidas principales diarias”, alertó.
Actualmente, una familia venezolana promedio necesitaba casi un millón de bolívares (unos 307 dólares según la tasa oficial de referencia) en julio pasado para satisfacer sus necesidades mínimas de calorías, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
Es tan crítica la situación que la inflación acumulada hasta agosto de este año alcanzó el 366,1%, informó la Comisión de Finanzas del Parlamento venezolano ante el silencio del Banco Central de Venezuela.