Mientras el presidente Donald Trump corre hacia la línea de meta en su carrera contra Joe Biden, el candidato presidencial demócrata, está librando una campaña con doble personalidad.
El Político
El resultado es una campaña de reelección atrapada entre dos mundos en los dos meses que quedan antes de que los votantes decidan el destino de Trump.
Porque siempre que Trump ha mostrado el deseo de usar las herramientas de la presidencia de una manera convencional, ha confundido, eclipsado y en ocasiones descarrilado por completo esos esfuerzos con tácticas profundamente heterodoxas que la mayoría de sus seguidores adoran.
Político reporta que el contraste discordante se puso de manifiesto más recientemente cuando el presidente, en un lapso de 24 horas, pasó de elogiar el "coraje y la determinación" de los pasajeros del vuelo 93 en un discurso del aniversario del 11 de septiembre desde el lugar de su muerte en Shanksville, Pensilvania, a afirmar que Biden toma medicamentos para mejorar el rendimiento.
“Creo que probablemente, posiblemente, haya drogas involucradas”, dijo Trump a Jeanine Pirro de Fox News en una entrevista que se transmitió el sábado por la noche. “Eso es lo que escucho. Quiero decir, posiblemente haya drogas".
La afirmación infundada del presidente sobre su oponente salió al aire después de su manifestación de campaña en la cercana Minden, Nevada, donde prometió volverse "cruel" en las semanas restantes antes de las elecciones del 3 de noviembre. “Ya no tengo que ser amable”, declaró.
Un funcionario de campaña de Trump dijo que no estaba claro dónde se originaron los cargos por abuso de drogas contra Biden, a quien el presidente ha acusado de carecer de la agudeza mental para ocupar el cargo.
El mismo funcionario describió los comentarios de Trump como contraproducentes antes del primer debate presidencial, el 29 de septiembre. La campaña de Trump no respondió a una solicitud de comentarios.
"Lo que ves es que el presidente eleva a Biden a un nivel de caricatura para distraer la atención del fracaso desnudo y caricaturesco del liderazgo presidencial que aún se está desarrollando", dijo Roger Fisk, un ex asistente de campaña del presidente Barack Obama.
A muchos aliados de Trump no parece importarles el enfoque dividido que ha adoptado para hacer campaña por la reelección.
En su opinión, es una manera brillante de proporcionar los fragmentos de sonido e insultos que impulsarán la participación entre sus partidarios principales el día de las elecciones, al tiempo que les brinda a los asistentes de campaña el material que necesitan para crear mensajes que se adapten a la demografía con la que está luchando, incluidas las mujeres y votantes suburbanos y de alto nivel.