Los hurtos menores son, por estos días, los crímenes más frecuentes en California. Los delitos contra la propiedad también son usuales en el denominado “Estado Dorado”.
El Político
La entidad, que se ubica al oeste de Estados Unidos y que tiene salida al océano Pacífico, experimenta una oleada de hurtos.
Los robos afectan, sobre todo, a las grandes marcas comerciales y las cadenas de menudeo.
Especialistas apuntan que los crímenes han repuntado gracias a dos legislaciones que, en su momento, fueron impulsadas por líderes demócratas.
La primera de ellas se refrendó en 2014. Conocida como “Proposición 47”, la norma elevó de 400 a 950 dólares el monto total que debe ser robado para que un caso de hurto sea considerado un delito grave.
La segunda ley se remonta a 2016. La denominada “Proposición 57” permite que criminales clasificados como “no violentos” sean liberados antes de que terminen sus condenas.
Esa misma herramienta prohíbe a los fiscales acusar a menores de edad como si se tratara de adultos, sin la aprobación previa de un juez. Ello aplica independientemente de la gravedad del delito cometido.
Más recientemente, los legisladores estadales aprobaron una tercera norma. El instrumento impide a los dueños de establecimientos comerciales o a sus trabajadores enfrentar a las personas que roban o intentan hacerlo.
De acuerdo con Rachel Michelin, directora general de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de California, la nueva ley no sólo afecta a las tiendas, sino a los trabajadores que son contratados para contener a los delincuentes.
Ataques a robots repartidores
Las embestidas contra la propiedad no se limitan a los locales de tiendas o cadenas de supermercados.
Durante los últimos días, Snack-E, una empresa creadora de robots repartidores, denunció ataques contra varias de sus máquinas.
Según la compañía, las arremetidas se produjeron en Los Ángeles y San Francisco, dos de las ciudades más renombradas de toda California.
Snack-E también reportó ataques en Nueva York y Chicago, dos urbes de tendencia demócrata.
La empresa aclaró que los ataques y saboteos fueron perpetrados por individuos que se oponen al empleo de robots en tareas que solían ser hechas por repartidores tradicionales.