Brasil recibirá la próxima semana en Francia el Satélite Geoestacionario de Defensa y Comunicaciones Estratégicas (SGDC) que el país le encomendó a la francesa Thales Space y que será lanzado en marzo de 2017 por Arianespace, informaron hoy fuentes oficiales.
El anuncio lo hizo el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, en una comparecencia en el Congreso en la que dijo que viajará personalmente a Francia junto con el comandante de la Fuerza Aérea Brasileña para recibir el que será el primer satélite geoestacionario propio de Brasil para uso militar.
El Ministerio de Defensa de Brasil usa actualmente para sus comunicaciones parte de la capacidad del Star One, un satélite operado por una multinacional privada.
El aparato francés es el primero de los tres que Brasil planea lanzar en los próximos diez años como parte de su proyecto Satélite Geoestacionario de Defensa y Comunicaciones Estratégicas (SGDC), anunciado en 2011.
El desarrollo del satélite fue encomendado por el Gobierno a la empresa Visiona Tecnología Espacial, un consorcio integrado por la estatal de telecomunicaciones Telebras (49 %) y por el fabricante aeronáutico brasileño Embraer (51 %), con un presupuesto inicial de 1.700 millones de reales (unos 500 millones de dólares).
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El consorcio fue constituido específicamente para desarrollar una tecnología que supla las necesidades de comunicación por satélite del Gobierno brasileño, incluyendo el suministro de internet en banda ancha para municipios aislados y las comunicaciones estratégicas del sector de defensa.
Visiona contrató la construcción del primer satélite con el grupo europeo Thales Space y su lanzamiento con Arianespace, que prevé colocar en órbita el aparato en marzo de 2017 desde la base aeroespacial de Kourou (Guayana Francesa).
El aparato encomendado cuenta con varios "transponders" en la banda Ka capaces de ofrecer internet en altas velocidades a municipios aislados y de difícil acceso, así como cinco "transponders" en la banda X para las comunicaciones militares.
El contrato con Thales exigía la transferencia de tecnología y la formación de técnicos brasileños debido a que la intención de Brasil es construir los otros dos satélites en el país y con tecnología propia.
Con información de: EFE