El ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi, expresó su intención de viajar a China y "otros países" para intentar convencer a las autoridades de revertir la suspensión de las importaciones de carne brasileña, informaron fuentes oficiales.
Maggi está organizando una visita oficial a China con una misión de empresarios brasileños para buscar un acuerdo con el que logre que el país asiático vuelva a comprar carne brasileña, según confirmaron a EFE fuentes del Ministerio de Agricultura.
No obstante, las mismas fuentes indicaron que el ministro todavía no tiene una fecha concreta para viajar al país asiático.
China fue uno de los países que anunció esta semana una suspensión temporal de las importaciones de carne brasileña, a raíz de la operación policial "Carne Débil".
Según la portavoz del gobierno asiático, la decisión forma parte de "algunas acciones preventivas" para proteger a los consumidores chinos.
Brasil es el mayor suministrador de carne bovina y de pollo a China, y el séptimo en carne porcina, con unos embarques cercanos a 80.000 toneladas mensuales de carne al gigante asiático y que supusieron una facturación de 2.000 millones de dólares en 2016.
El país suramericano suministra además el 80 % de la carne de pollo que llega a China.
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El ministro de Agricultura brasileño realizó ayer una visita en un frigorífico de carne en Río Verde (estado de Goiás, centro del país) acompañado de prensa china para mostrar la "transparencia" en el sistema de producción de carne brasileña.
El ministro invitó a los periodistas chinos a hacer inspecciones sorpresa en cualquier frigorífico del país para comprobar personalmente la calidad de los procesos de producción de carne brasileña.
China y su región autónoma de Hong Kong representan juntas el 20 % de las exportaciones brasileñas de carne de pollo, de las que el país suramericano es el mayor suministrador mundial, según datos del Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios de Brasil.
La prensa brasileña aseguró hoy que el Gobierno chino quiere utilizar el embargo de la carne brasileña para intentar sacar provecho, con contratos más ventajosos, en otros sectores en los que tiene interés en Brasil, como energía, gas o petróleo.
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Según la Policía Federal, algunas de las principales compañías cárnicas del país, entre ellas JBS y BRF, "maquillaron" con productos químicos carnes que estaban en mal estado y no cumplían con los requisitos para el consumo, para lo cual contaron con la complicidad de decenas de fiscales sanitarios corruptos.
La operación ha dañado la imagen de Brasil, mayor exportador mundial de carne bovina y de pollo y cuarto en el segmento de cerdos, y ha provocado que más de una veintena de países anuncien la suspensión o restricciones a la compra de carne procedente del país suramericano.
EFE