Río de Janeiro amaneció hoy con largas filas frente a los puestos de salud en los que se inició este sábado una campaña para vacunar a toda la población de la segunda mayor ciudad brasileña contra la fiebre amarilla, enfermedad que ha provocado 144 muertes en Brasil en los últimos meses.
Desde antes de las 8.00 de la mañana (11.00 GMT), cuando abrieron los 233 puestos habilitados para la campaña de inmunización, cientos de cariocas esperaban en las filas para vacunarse contra un virus que, pese a su rápida expansión en otros estados de Brasil, tan sólo ha provocado una muerte en el estado de Río de Janeiro.
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Para garantizar la vacunación, algunas personas llegaron a los puestos de salud de madrugada y esperaron la apertura de las puertas.
En algunos locales de vacunación, como en el del populoso barrio de Tijuca, en la zona norte de la ciudad, la fila se extendía en toda una calle antes de que los agentes comenzaran su trabajo.
"Como es sábado y primer día de la campaña, imaginé que una multitud se aglomeraría en el puesto durante todo el día y por eso preferí despertar un poco antes y hacer fila frente a la puerta", dijo una de las primeras mujeres en llegar al local en Tijuca y que admitió estar esperando desde las 4.00 de la mañana (7.00 GMT).
La comparecencia en masa obedeció a que, antes del inicio de la campaña, muchos cariocas acudieron a los 34 puestos de inmunización pero tuvieron que regresar a casa porque no había vacunas o ya se habían agotado.
Para la campaña de vacunación iniciada hoy, la municipalidad distribuyó cientos de vacunas en cada uno de los puestos habilitados y extendió los horarios de atención.
El objetivo es inmunizar a los 6,5 millones de habitantes de la ciudad más emblemática de Brasil y la que más atrae turistas, especialmente a los más vulnerables y a los que pretenden viajar a áreas rurales.
La municipalidad se propone intensificar la campaña a partir del lunes y aumentar el número de puestos de salud en que se ofrece la vacuna.
La superintendente de vigilancia en salud de Río de Janeiro, Cristina Lemos, pidió tranquilidad a la población y aclaró que la campaña se extenderá hasta cuando sea necesario y que el temor no se justifica en una ciudad en la que hasta ahora no se registró ningún caso de la enfermedad.
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"Lo que queremos es poder atender hoy a la población que no puede venir en medio de la semana pero con tranquilidad. No hay por qué tener prisa ni perder mucho tiempo en las filas", dijo.
La Secretaría Municipal de Río de Janeiro adelantó la campaña de prevención contra la enfermedad, transmitida por mosquitos, tras confirmarse hace dos semanas los primeros casos de fiebre amarilla en el estado de Río de Janeiro, lo que hizo saltar las alarmas.
Por el momento hay cinco casos de fiebre amarilla y una muerte confirmados en el estado, todos ellos en el municipio de Casemiro de Abreu, a unos 130 kilómetros de la capital regional.
La expansión del brote de fiebre amarilla a Río de Janeiro llevó a siete países de América Latina (Costa Rica, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Panamá y Venezuela) a exigir el certificado de vacunación contra la enfermedad a los turistas procedentes de Brasil.
El brote de fiebre amarilla que sufre Brasil se concentra en la región sureste, la más poblada, principalmente en los estados de Minas Gerais, Espirito Santo, Sao Paulo y Río de Janeiro, con 448 casos confirmados en 80 municipios.
Desde inicio de año, el Ministerio de Salud brasileño envió 17,5 millones de vacunas contra la fiebre amarilla a los estados con casos registrados y a los que hacen frontera con ellos.
EFE