La Fiscalía Financiera francesa está poniendo en duda la legalidad del proceso que llevó a Río de Janeiro a convertirse en sede de los Juegos Olímpicos el año pasado. Según el diario Le Monde, hay “pruebas concretas” de que aquella votación, que se produjo el 2 de octubre de 2009, no fue limpia y que se realizaron sobornos para influir en la votación que acabó descartando a las ciudades candidatas de Tokio, Chicago y Madrid.
Los investigadores franceses aseguran que, tres días antes de la elección de Río, el empresario brasileño Arthur Cesar de Menezes Soares Filho pagó 1,5 millones de dólares al hijo de Lamine Diack, el por entonces presidente de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo .
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Arthur Soares, conocido como Rey Arthur por su poderío en los negocios y su capacidad para conseguir concesiones públicas, es amigo del exgobernador de Río, Sergio Cabral, en la cárcel desde noviembre por corrupción y blanqueo de capitales y una de las autoridades que celebró en Copenhague la victoria de Río. El Rey Arthur, en el punto de mira de la misma operación que detuvo a Cabral, estaba considerado como el mayor proveedor de mano de obra subcontratada para el Gobierno de Río, al percibir casi 3.000 millones de reales [unos 960 millones de dólares] en contratos durante el mandato de Cabral (2007-2014).
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La operación, revelada gracias a unos documentos facilitados por el fisco estadounidense, se realizó por intermedio de empresas de los interesados. Según Le Monde, el dinero salió de una cuenta de Matlock Capital Group, un holding de Arthur Soares establecido en las Islas Vírgenes británicas.
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