El gobierno de Bolivia planteó este sábado a su similar de Brasil priorizar la agenda bilateral y dejar de lado las diferencias políticas, con el fin de avanzar en temas que se trabajan desde anteriores gestiones gubernamentales brasileñas.
"La agenda bilateral entre Brasil y Bolivia debe continuar por sobre las diferencias político-ideológicas con la nueva administración gubernamental de Brasil presidido por Michel Temer", dijo el ministro de Gobierno y canciller en ejercicio boliviano, Carlos Romero, durante una rueda de prensa.
Romero hizo estas declaraciones tras el anuncio de un posible recorte a la mitad de los volúmenes de gas natural que Brasil compra a Bolivia, traducido en un nuevo acuerdo.
Entre Bolivia y Brasil existe una agenda que está en curso, la cual se desarrolló con los gobiernos de los ex presidentes brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, explicó.
"De momento es esa agenda la que debe continuar, la dinámica de las cosas nos dirá más adelante si es que hay que reformularla o no sobre el contrato de compra y venta de gas", afirmó.
Según el ministro Romero, más allá de las personas que coyunturalmente ejerzan el mando gubernamental, las políticas trascienden a las personas y esas políticas de Estado han determinado que Bolivia asuma la integración energética que representa trabajar con todos los países.
No obstante, precisó que eso no significa que Bolivia esté de acuerdo con el "golpe de Estado" contra la ex presidenta Rousseff, en referencia a su destitución el pasado 31 de agosto en Brasil.
Por su parte, el ministro boliviano de Economía y Finanzas, Luis Arce, afirmó que Brasil necesitará del gas boliviano, aunque por diferencias políticas no lo quieran algunas autoridades en turno.
Agregó que Bolivia diversificó su economía ante posibles variaciones en el futuro contrato de compraventa de gas con Brasil.
Las declaraciones del ministro Arce se dieron en respuesta a las versiones publicadas por la prensa local sobre la supuesta estrategia que prepara el gobierno del presidente Temer para relegar la participación de Petrobras en el mercado brasileño, y perfilar un nuevo contrato por la mitad del volumen de gas natural que actualmente importa desde Bolivia.
Bolivia y Brasil centran actualmente sus vínculos en temas como la venta de gas boliviano, la lucha antidroga y el proyecto del tren bioceánico.
El contrato sobre gas entre Bolivia y Brasil, firmado en 1996 y que estará vigente hasta 2019, establece un volumen mínimo de compra de 24 millones de metros cúbicos por día (MMmcd) y un máximo de 30,08 MMmcd.
Según el ministro boliviano de Hidrocarburos y Energía, Luis Sánchez, los gobiernos de Bolivia y Brasil perfilan la ampliación del contrato de compraventa de gas natural por 20 años adicionales a partir de 2019, cuando fenecerá el acuerdo vigente.
Con información de América Economía