El nuevo líder del Partido Conservador y primer ministro de Reino Unido a partir del miércoles, Boris Johnson, es uno de los políticos más conocidos de su país.
El Político
Sus éxitos se ha apoyado en gran parte en su capacidad para combinar la seriedad de sus distintos puestos políticos con su carácter afable y cómico, algo no muy común en la vida pública actual.
Pero en su elevado perfil —construido primero como periodista y luego como parlamentario, alcalde de Londres y ministro de Exteriores— los logros han ido con frecuencia de la mano de ácidas polémicas.
Amado por unos y odiado por otros, Johnson ha sido descrito como un bufón sin principios por sus críticos y como "un tesoro nacional" por sus partidarios.
Y el exalcalde de Londres ciertamente ha sabido sacar partido a su imagen de inglés excéntrico y erudito que no le tiene miedo al ridículo, hasta llegar al cargo más importante del país a pesar de sus numerosas metidas de pata.
Un estilo desaliñado ejemplificado por su alborotada melena rubia y unas camisas que se le salen de los pantalones son parte de esa imagen.
Más recientemente, Johnson asumió un papel preponderante en la campaña a favor del Brexit y prometió que, si era nombrado primer ministro, sacaría a Reino Unido de la Unión Europea el próximo 31 de octubre con o sin acuerdo.
Pero sus críticos destacan que su postura antieuropea no estuvo siempre tan clara. En un artículo que escribió en 2013 para el diario británico Daily Telegraph, aseguró que abandonar la Unión Europea no solventaría los problemas de Reino Unido.
Y su defensa del famoso "tener la tarta y también comérsela" (un dicho que en inglés significa obtener lo que uno quiere sin renunciar a nada) en el tira y afloja con Bruselas lo enfrentó políticamente incluso con su propio hermano, Jo Johnson.
Este último, también parlamentario, votó a favor de la permanencia en la UE y renunció a su puesto de ministro de Transportes en el gobierno de Theresa May pidiendo un nuevo referéndum sobre el Brexit.
Fuente: Telemundo51