El Primer Ministro británico abandonó en las últimas horas el eslogan de campaña de Get Brexit Done (Cumplamos ya con el Brexit) por el de The People’s Government (el Gobierno del pueblo). Hoy la Reina instala formalmente el parlamento y anuncia el Plan de Gobierno.
El Político
Boris Johnson dio la vuelta al mapa político del Reino Unido y forjó una amplia mayoría conservadora con los votos de feudos tradicionalmente laboristas. Por eso su primer cometido fue lanzar un mensaje de unidad y la promesa de dejar atrás el “árido” debate del Brexit.
Esto quiere decir que el artículo 30 de la ley desaparecerá. El negociador europeo Michel Barnier ya ha dicho que “es imposible” obtener un acuerdo de libre comercio durante ese tiempo. En se período solo se conseguirá “un mínimo” para establecer como será la relación entre el reino y la UE.
La ley del Brexit va a ser debatida y votada por la Cámara de los Comunes el viernes próximo. Hoy jueves se producirá la apertura oficial del Parlamento, con el discurso de la reina anunciando el plan de gobierno. Los legisladores votarán cómo se van de Europa el viernes, en segunda lectura, en este acuerdo para irse de la Unión Europea.
Boris pretende escribir una nueva clausula en la ley de divorcio con la Unión Europea para declarar “ilegal” en ella una extensión del período de transición más allá del fin del año que viene. Se suma a la decisión de eliminar concesiones que se hicieron a los pro europeos en el último Parlamento, incluyendo derechos de los trabajadores, en las transacciones interminables por el Brexit.
Michael Barnier, el negociador europeo, advirtió que conseguir un acuerdo de libre comercio entre Gran Bretaña y la Unión Europea en 11 meses “no será posible”.
Una preocupación que comparten algunos ministros de Boris Johnson y la misma City financiera británica, donde la libra cae frente al dólar y el euro porque temen que no habrá acuerdo de libre comercio.
El primer ministro Johnson cree que para diciembre del año próximo “tendremos un fantástico acuerdo de libre comercio”.
Bajo los términos del tratado del Brexit que Johnson hizo en octubre con Bruselas, Gran Bretaña y la UE pueden acordar extender el período de transición por un año o dos, después del límite del 1° de julio del 2020. Pero en el Manifiesto Conservador, con el que Boris hizo campaña, hay un compromiso para que su gobierno no extienda el período de transición con la UE más allá del 2020.
Sigue el Brexit duro
La decisión inicial de Boris desalienta a los que creían que con una mayoría de 80 bancas, buscaría un Brexit más blando que el que le exigían sus socios Brexitiers. Utilizará a los 109 diputados conservadores para conseguirlo y así se los hizo saber cuando les dio la bienvenida.
Boris Johnson, tras la victoria: “Que comiencen a curarse las heridas”
“Ustedes vienen de lugares donde el Partido Conservador no tiene un representante en 100 años, si lo tuvo. Lo tenemos que hacer ahora. Está nuestra sagrada confianza en juego” les dijo a sus legisladores. Su idea es ser coherente con esos laboristas que decidieron votar a un conservador para que cumpla con el Brexit, como ellos votaron en el referéndum.
Un vocero de Downing St dijo “la semana pasada la gente votó por un gobierno que haga el Brexit y que mueva el país hacia adelante. Y es lo que intentamos hacer, comenzando esta semana” .
Se inicia un periodo de transición, que puede incluir una salida sin acuerdo de la UE, si no hay coincidencias en el acuerdo de libre comercio entre ambas partes.
Anunció que no acudirá a Davos: En 2013 había dicho a la BBC que Davos era como "una constelación de egos que involucran gigantescas orgías mutuas de adulación (…) pero es muy importante porque conoces a gente que puedes alentar a invertir".
A los ciudadanos partidarios de permanecer en la UE les prometió que tendría en cuenta su “buena voluntad” a la hora de negociar una nueva relación con Bruselas. Aniquilada la oposición, el primer ministro se enfrenta sin embargo a un gran reto territorial por la victoria arrolladora de los nacionalistas del SNP en Escocia.
Una vez recibido el encargo de la reina Isabel II de formar Gobierno, Johnson cumplió con la tradición y compareció ante la puerta del número 10 de Downing Street. Era su tercera declaración en menos de 24 horas, y reiteró el mensaje con el que pretende comenzar su mandato.
El Parlamento, anunció, volverá a constituirse el próximo lunes para cumplir cuanto antes con la promesa de culminar el Brexit, y poder salir de la Unión Europea el 31 de enero. Y a partir de ese momento, “permitir que todos los sentimientos de buena voluntad de aquellos ciudadanos que deseaban permanecer en la UE encuentren su expresión en la gran tarea del año que viene: forjar una nueva relación con Bruselas como amigos y socios soberanos en pie de igualdad”.
“A todos aquellos que votaron por primera vez al Partido Conservador, a los que les tembló la mano al depositar esa papeleta y sintieron en su oído las advertencias de padres y abuelos, les doy las gracias humildemente y les prometo que trabajaremos sin descanso para pagarles esa confianza”, dijo Johnson.
El Partido Conservador apenas arañó un par de puntos en áreas de tradición histórica de voto de izquierdas, sobre todo en el norte de Gales y en el centro y norte de Inglaterra, pero se benefició del estrepitoso hundimiento en esas regiones del Partido Laborista.
Johnson tiene ahora entre sus manos la delicada tarea de preservar y no defraudar a una ingente cantidad de votantes que, como aquellos “conservadores de Blair” de los años noventa, han decidido cambiar de bando. “Ha logrado descubrir y seducir a una nueva identidad cultural inglesa, y si sabe gestionarlo bien puede lograr forjar una nueva mayoría conservadora para toda una generación”, reconocía en la BBC Nicholas Soames, el nieto de Winston Churchill y uno de los conservadores moderados más críticos con Johnson, que se ha rendido también a sus encantos.