.Una nueva configuración del poder en el Congreso brasileño, con dos nuevos presidentes en el Senado y la Cámara. Ahora puede desbloquear las leyes más polémicas del proyecto del presidente Jair Bolsonaro en áreas como desregulación medioambiental, derecho de poseer armas, impunidad policial, aborto y derechos humanos.
El Político
El 1 de febrero, el presidente brasileño se anotó una victoria con la elección de dos aliados al frente de la Cámara de Representantes y del Senado, Arthur Lira y Rodrigo Pacheco, pertenecientes al Centrão (gran centro), un poderoso bloque de partidos.
Hasta ahora, la cámara baja, bajo el liderazgo de Rodrigo Maia, había servido como un control importante sobre los proyectos más radicales de Jair Bolsonaro y sus hijos.
Este proceso interno será determinante para los menos de dos años que le quedan en el poder al mandatario Jair Bolsonaro.
Los nuevos presidentes de ambas cámaras serán responsables de la agenda legislativa hasta febrero de 2023, por lo que estarán al frente del Parlamento en octubre de 2022, cuando Brasil elegirá a un nuevo gobernante y Bolsonaro aspirará a renovar su mandato.
Polémicas iniciativas legislativas de Bolsonaro
En este proceso parlamentario estará en juego el futuro de muchas iniciativas para el combate a la pandemia de covid-19, que ya deja más de 220.000 muertos en el país, o la retoma de reformas económicas urgentes para un país en una aguda crisis económica y social.
En las cámaras tramitan además otros proyectos muy polémicos y que Bolsonaro aspira a ver aprobados este mismo año.
Uno propone acabar con el voto electrónico, que según Bolsonaro sostiene sin pruebas "propicia los fraudes", y volver al sufragio con cédulas de papel que Brasil dejó atrás hace ya más de veinte años, justamente por su falta de transparencia.
Bolsonaro ha advertido que, si para las elecciones de 2022 no se instaura nuevamente el voto en papel, Brasil puede vivir una situación similar a la registrada en las elecciones celebradas en Estados Unidos, cuyo resultado no fue aceptado por el expresidente Donald Trump, a quien el líder brasileño tiene como faro ideológico.
Bolsonaro y su milicia
Otro proyecto plantea una reestructuración de la Policía Militar, vinculada a las Fuerzas Armadas. Depende de los gobernadores de cada estado. Bolsonaro quiere dotarlas de autonomía y regularlas por el Poder Ejecutivo.
El líder de la ultraderecha vincula ese proyecto con sus planes de seguridad. Los que incluyen la liberación de la venta de armas a civiles para promover la "autodefensa" contra la delincuencia.
La oposición sostiene que por detrás está el deseo de Bolsonaro de crear una suerte de "milicia" que le responda directa y políticamente. Bolsonaro es un capitán de la reserva del Ejército nostálgico de las dictaduras y que se declara armamentista.
El peso clave del Centrão
Arthur Lira es un diputado del partido Progresista (PP). Promueve un mayor acercamiento a las posiciones de extrema derecha del mandatario. Pero reclama mayores espacios y poder en el Gobierno para las fuerzas que representa.
A fin de darle espacio al "centrón" el mandatario va a "recrear" ministerios que el mismo cerró cuando promovía la idea de un Estado mínimo.
Lira, según diversos análisis, daría curso a la agenda del Gobierno y, además, blindaría a Bolsonaro de un posible juicio político con miras a su destitución, pues sería suya la decisión final sobre unas casi 70 iniciativas en ese sentido que reposan en la Cámara de Diputados.
En el Senado, Rodrigo Pacheco, del partido Demócratas (DEM), también integra el llamado "centrón". Pero ha sido capaz de recabar apoyos tanto en el bolsonarismo como en el campo progresista.
El mayor temor internacional
Una de las medidas que podrían ser desbloqueadas es el proyecto de ley 191/2020. Con lo que abriría las puertas a la minería, la explotación petrolera e hidroeléctrica en reservas indígenas. Hasta ahora una barrera crucial ante el avance de la deforestación, en el 43% de la Amazonia.
En Washington crecen las presiones sobre la Administración Biden para que adopte una línea más dura contra Bolsonaro si no actúa para detener la deforestación y la violación de derechos indígenas en la Amazonia. Un grupo de oenegés internacionales, como Greenpeace, Amazon Watch o Rainforest Action Network, entregó un documento a Biden la semana pasada en el que piden sanciones y hasta la suspensión de relaciones bilaterales.
Si el nuevo Congreso aprobase eliminar restricciones sobre actividades extractivas en las reservas indígenas no se podría descartar un enfrentamiento abierto entre Washington y Brasilia. Decenas de miles de los llamados garimpeiros (mineros ilegales) han invadido reservas en los últimos meses a la espera de la aprobación de la ley.
Otro proyecto legislativo, bloqueado hasta ahora, legalizaría miles de hectáreas de la Amazonia ocupadas y deforestadas ilegalmente por grandes latifundistas. Las dos leyes se incluyen entre 35 proyectos calificados de “prioritarios” que Bolsonaro ha enviado a Lira y a Pacheco.
“La alianza entre los líderes en el Congreso y el presidente genera un elevado riesgo para la Amazonia y los pueblos indígenas”, dice Eugenio Pantoja, del Instituto de Investigación sobre Medioambiente (IPAM). Añade que algunas propuestas violan acuerdos internacionales firmados por Brasil.
Desafiar a la comunidad internacional
Tanto Biden como su vicepresidenta, Kamala Harris, hicieron referencia explícita a la deforestación en la Amazonia en la campaña. Biden dijo que, como parte de su plan de combate contra el cambio climático, ofrecería 20.000 millones de dólares de ayuda a Brasil.
Otros expertos consultados en Brasil dudan de que el Congreso desafíe a la comunidad internacional de manera tan obvia. La presión internacional ya causa preocupación en buena parte de la derecha”, dice el excanciller Celso Amorim.
“Es muy probable que los cambios en el Congreso faciliten medidas contra el medioambiente en la Amazonia; sería trágico –dice Jorge Chaloub, politólogo de la Universidad de Juiz de Fora–. El Centrão no es tan pragmático, hay ideólogos también, y no tiene ningún interés en el medioambiente”.
Fuente: Telesur