El secretario de Estado, Antony Blinken, visitó de sorpresa Irak este sábado, 4 de noviembre, en medio de las tensiones en la Franja de Gaza. El objetivo de este viaje es aligerar el conflicto que se ha desatado tras la guerra del grupo terrorista Hamás contra Israel.
El Político
A su llegada, Blinken fue recibido en Bagdad por el primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, con quien mantuvo un diálogo por más de una hora, donde se abordaron temas cruciales incluyendo la seguridad de las instalaciones americanas.
En la conversación, el secretario de Estado explicó que Washington considera “inaceptables” los ataques de milicias respaldadas por Irán contra personal americano, haciendo referencia a los más de 20 ataques terroristas que han sufrido las bases norteamericanas en Medio Oriente desde el inicio de la guerra de Hamás.
La mayoría de esos ataques han sido atribuidos a un grupo denominado "Resistencia islámica en Irak" a través de canales de Telegram afiliados a facciones iraquíes próximas a Irán.
Bliken dijo, durante su encuentro, que era de suma importancia "enviar un mensaje muy claro a cualquiera que quisiera aprovechar el conflicto en Gaza para amenazar a nuestro personal aquí o en cualquier otro lugar de la región: no lo hagan".
Como resultado de este encuentro, el gobierno norteamericano y el iraquí lograron acordar y fijar parámetros donde Irak reafirmó su compromiso de prevenir ataques de milicias respaldadas por Irán, Además, Bliken aseguró que el Estado iraquí está llevando a cabo investigaciones para identificar a los responsables de los incidentes contra las bases americanas del último mes.
“[Irak] está trabajando con sus propias fuerzas de seguridad para tomar las medidas necesarias… para tratar de evitarlas”, dijo Blinken.
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Ataque "de bienvenida"
Durante la visita de Bliken y negociaciones con el primer ministro iraquí, el grupo proiraní Resistencia Islámica en Irak reivindicó este domingo un nuevo ataque contra la base militar de Ain al Asad, que alberga personal estadounidense en el oeste de Irak.
Esta amalgama de milicias iraquíes respaldadas por Irán, según informó Bliken en un comunicado, que la noche del domingo atacó la base de Ain al Asad con "cuatro granadas de mortero que alcanzaron su objetivo» y que, posteriormente, «los combatientes se retiraron de forma segura". Hasta el momento, se desconoce si el ataque provocó daños o muertes entre las fuerzas estadounidenses, según informó EFE.