Casi dos semanas después de llegar a la Casa Blanca, el presidente de EE.UU., Joe Biden, se enfrenta a un dilema: aprobar un paquete de ayuda económica de 1,9 billones de dólares haciendo valer la mayoría de los demócratas en el Congreso o buscar una alianza con los republicanos, en consonancia con su promesa de unir al país.
El Político
Biden no ha tomado aún una decisión; pero, cualquier paso que dé en este asunto podría definir su relación con el Congreso durante los próximos cuatro años.
Lo primero que hizo Biden fue reunirse este lunes en la Casa Blanca con 10 senadores moderados del Partido Republicano que piden que se apruebe un paquete de ayuda de 618.000 millones de dólares para revivir la castigada economía estadounidense y hacer frente a la pandemia, reportó Infobae.
Esa cifra supone casi un tercio de los 1,9 billones de dólares que reclaman Biden y los demócratas del Congreso.
Biden dispuesto a negociar
La reunión fue a puerta cerrada, pero durante 40 segundos la prensa pudo acceder al Despacho Oval. Allí, Biden dio las gracias a los senadores por haberse desplazado hasta la Casa Blanca y dijo estar "ansioso" por conversar con ellos sobre el paquete de estímulo.
"Siento como si estuviera de vuelta en el Senado, que es lo que más me ha gustado de todo lo que he hecho", bromeó Biden, quien durante 36 años ocupó uno de los escaños de Delaware.
Entre los republicanos que asistieron a la reunión figuran senadores de centro que, en ocasiones, han roto con la disciplina de su partido, como Susan Collins de Maine, Lisa Murkowski de Alaska y Mitt Romney de Utah, este último excandidato presidencial republicano en 2012 y muy crítico con el ya expresidente Donald Trump (2009-2017).
En declaraciones a la prensa tras la reunión, que duró dos horas, Collins aseguró que fue "productiva", "cordial", "franca" y "útil".
Plan de los republicanos
Durante el encuentro, el grupo de senadores expuso a Biden su plan, que se centra en los efectos de la pandemia en la salud, en vez de en la economía; de manera, que la partida que recibe más fondos (160.000 millones de dólares) es la destinada a incrementar el número de tests disponibles y acelerar la campaña de vacunación.
La propuesta fija la ayuda directa que recibirían los estadounidenses en un pago único de 1.000 dólares, en vez de los 1.400 que quieren los demócratas.
Además, elimina dos de las prioridades que recoge la propuesta demócrata: ayuda para los estados y municipios que han perdido ingresos al haber recaudado menos impuestos por la bajada en la actividad económica y medidas para aumentar gradualmente el salario mínimo federal a 15 dólares la hora.
El Partido Republicano cree que incluir esas medidas endeudaría aún más a EE.UU. y consideran que las propuestas demócratas son demasiados costosas, puesto que el Congreso ya aprobó anteriormente dos paquetes de rescate: uno de 2,2 billones de dólares en marzo pasado, y otro de 900.000 millones de dólares en diciembre.
Malabares de los demócratas en el Senado
Los demócratas, sin embargo, han señalado que están dispuestos a seguir adelante sin los republicanos y aprobar el paquete de 1,9 billones de dólares en solitario.
En teoría, podrían hacerlo usando unas reglas del Senado para aprobar el presupuesto; pero, de conseguir un acuerdo con los 10 senadores republicanos, el partido de Biden no tendría que recurrir a ese subterfugio y podría seguir los procedimientos tradicionales.
Cada partido controla 50 escaños en el Senado, pero los demócratas tienen mayoría porque, como vicepresidenta, Kamala Harris preside la Cámara Alta y supone el voto del desempate a favor de los demócratas.
Crisis histórica que afronta Biden
Mientras se sucedían las negociaciones, este lunes, la Oficina de Presupuesto del Congreso publicó un informe con una imagen gris: se espera que a mediados de año la economía vuelva a los niveles anteriores a la pandemia, pero habrá que esperar años hasta que se recuperen los empleos perdidos en esta crisis.
Después de que el virus irrumpiera en marzo en EE.UU., la tasa de desempleo llegó hasta el 14,7 % en abril; una cifra no vista en más de 50 años.
Desde entonces, la tasa de desempleo se ha ido reduciendo; pero EE.UU. aún tiene 10 millones de empleos menos que al principio de la pandemia.