Joe Biden, presidente de Estados Unidos, presentó en Filadelfia, Pensilvania, su proyecto de presupuesto para el año fiscal 2024. Más allá del aspecto económico, es sobre todo un mensaje político.
El Político
Biden desplegó los principales aspectos de su propuesta: aumento de las prestaciones sociales y sanitarias, nuevas y más generosas políticas públicas. Un gasto adicional, pero también una reducción del déficit.
Para financiarlo, hay que encontrar ingresos adicionales. El presidente planea buscarlos entre los más ricos, con impuestos más altos para quienes ganen más de 400.000 dólares al año, y entre las grandes empresas, con el fin de las ayudas a petroleras y gigantes farmacéuticos, reportó ElEconomista.
Biden busca reducir el déficit
"En lugar de amenazar con el impago, que sería catastrófico, tratemos este asunto y mantengamos una conversación sobre cómo hacer crecer la economía a menor coste y reducir el déficit. He esbozado mi presupuesto. Los republicanos en el Congreso deberían hacer lo mismo. Entonces podremos sentarnos y ver en qué discrepamos" comentó Biden según AFP.
Y además destacó "mis amigos republicanos dicen que quieren reducir el déficit, nosotros hemos hecho los cálculos con lo que han propuesto hasta ahora. Y nuestros cálculos han demostrado rápidamente que están equivocados".
"Mi plan reducirá el déficit en tres billones de dólares en 10 años. Según lo que sabemos hasta ahora de su plan, aumentará el déficit en más de tres billones de dólares en 10 años. Si me equivoco, demuéstremelo. Quieren reducir los impuestos a los ricos y a las grandes empresas. Pero si dicen que quieren reducir el déficit y sus planes lo disparan, ¿cómo hacen sus cuentas? ¿Dónde van a ahorrar?", recalcó el presidente estadounidense.
Join me in Philadelphia as I deliver remarks on what I value with my 2024 budget. https://t.co/e7YUiK4Jfo
— President Biden (@POTUS) March 9, 2023
Claro mensaje en campaña
En su estado actual, este presupuesto no tiene ninguna posibilidad de ser aprobado en un Congreso parcialmente controlado por los republicanos.
Pero lo más importante para el presidente, que prepara una candidatura para un segundo mandato, es precisamente marcar su diferencia con sus oponentes. Lleva semanas acusándoles de querer atacar el seguro médico de los estadounidenses modestos y eso les ha obligado a desmentirlo.
Joe Biden espera ahora contrapropuestas. Porque será necesario discutir y encontrar soluciones, evitando al mismo tiempo un impago de la deuda que se avecina. Una catástrofe que podría producirse el próximo verano si no se hace nada.
Aumento del gasto social, militar e internacional
El dinero recaudado, según esta propuesta del presidente, serviría para pagar el aumento de gasto que suponen los presupuestos, que prevén un incremento gradual del gasto público hasta cerca de los 10 billones en 2023, reportó ElPaís.
“Mi presupuesto refleja todo lo que podemos hacer para levantar la carga sobre la clase trabajadora de EEUU”, ha asegurado Biden durante la presentación del documento. De este modo, el presidente deja clara su intención de aumentar el papel del estado en la economía, incrementando la inversión en el Medicare y en otros programas sociales, en gasto militar y en ayuda a terceros países.
Este último punto también va en la línea de devolver a EEUU al papel de liderazgo global al que aspiró antes de la presidencia de Trump: prevé movilizar 6.000 millones de dólares más en ayuda en Ucrania, 7.000 millones en ayuda a los refugiados y 2.300 millones en el reforzamiento de las alianzas asiáticas, que garanticen “un Indopacífico abierto y seguro”, con el objetivo de contener a China.
“Hace nada, China era la décima economía mundial y ahora es la segunda”, ha recordado el mandatario. El gigante asiático se ha convertido en la principal preocupación geopolítica de la administración, y así lo subraya el documento de presupuestos: “China es el único competidor de Estados Unidos con la intención de remodelar el orden internacional y, cada vez más, con el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo”.
Oposición frontal de los republicanos
La propuesta de Biden es el disparo de salida de unas negociaciones con los republicanos que se auguran largas y tensas. Aunque todavía no han hecho su propuesta, los conservadores se oponen firmemente a las recetas del mandatario y buscan hacer permanentes los recortes de Trump, según AFP.
Además, piden reducir la inversión en los dos programas que generan más gasto anual: el fondo fiduciario medicare y la seguridad social, que están aumentando a medida que se jubila la generación del baby boom. Lejos de contentarlos, Biden ha propuesto este jueves nuevos incrementos en ambas partidas presupuestarias.
“Gracias a dios, la Cámara de Representantes es republicana”, dijo el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell. “Unos incrementos fiscales masivos y más gasto. Nada de esto verá la luz del día, y el pueblo americano puede dar las gracias a la cámara baja”.
Biden pidió aumentar el techo de la deuda
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha pedido altura de miras a los legisladores, asegurando que “aumentar el techo de deuda es la única alternativa real”.
Una solución que Biden ha propuesto reiteradamente en las reuniones que ha mantenido este año con el presidente de la cámara baja, Kevin McCarthy, que tiene una capacidad de acción limitada porque lo sustentan al poder los votos del ala ultraderechista de su partido.
McCarthy “es un tipo muy conservador y tiene un grupo aún más conservador”, ha señalado Biden, “pero estoy preparado para reunirme con él en cualquier momento, podemos hacerlo mañana si tiene su presupuesto listo”.
Deuda aumentó durante los mandatos de Trump y Biden
“Cuando fue presidente, Trump aumentó la deuda en un 25%”, ha dicho Biden. Los dos bandos del tablero político se culpan del problema de la deuda federal, que ha aumentado por las políticas expansivas de los años de covid, pero ya llevaba años aumentando, especialmente durante la presidencia de Trump (2016-2020).
La Oficina Presupuestaria del Congreso calcula que los recortes de impuestos del expresidente costaron al gobierno federal cerca de dos billones de dólares. Además, la deuda siguió incrementándose después de su mandato, fruto del acuerdo bipartito con los demócratas para aumentar el gasto en ayudas sociales por la pandemia.
La misma oficina presupuestaria prevé que el déficit presupuestario, así como la deuda, siga aumentando durante la próxima década: si el último año fiscal se ha encontrado en 1,38 billones de dólares, se espera que a finales de este llegue a los 1,41 billones, y que continúe incrementándose hasta los 2 billones en 2032. Como consecuencia, las proyecciones en cuanto a la deuda indican un aumento de los 31,4 billones actuales a cerca de 52 billones en diez años.