Mucho se dice sobre el Plan de Reconciliación. La propuesta legislativa de la administración de Joe Biden que inicialmente era de 3.5 trillones de dólares y fue reducida a 2 trillones de dólares por presiones internas en el Partido Demócrata. Sin embargo, más allá de las consecuencias internas que pudiese causar la ralentización de esta negociación, ¿cómo afecta esto a Joe Biden en su agenda de política exterior?
El Político
En principio, Joe Biden es el más alto representante de un país que, durante los últimos 5 años, ha ido contracorriente en términos de buscar soluciones al cambio climático.
Biden urgido de apuntalar credibilidad de EEUU
Por tanto, el presidente enfrenta el reto de recuperar la credibilidad e imagen de los Estados Unidos ante el mundo. Como un país (y como la primera potencia mundial) que está comprometido en la lucha real contra el cambio climático. Y con asegurar un futuro sostenible para las futuras generaciones.
La poca claridad en la aprobación de un presupuesto ambiental en el corto plazo (incluido en el plan de reconciliación), mina de forma irreparable la imagen de EEUU en términos de desarrollo sostenible.
Al tiempo que fortalece la imagen de su rival, la China de Xi Jinping, que ha hecho inversiones milmillonarias en el ámbito ambiental.
Biden y la reconstrucción del poder
En segundo lugar, la poca cohesión interna a nivel político deja entrever (y esto es importante para la Cumbre del G-20) que el poder en Estados Unidos está más diluido de lo que se podría pensar. Considerando que la figura unificadora del presidente no ha sido suficiente para limar las asperezas (e incluso grietas) de su propio partido.
Frente a este escenario, Estados Unidos en la cumbre del G-20 se muestra como una potencia sin un rumbo claro. Sin un liderazgo realmente consolidado. Y con una crisis política que, al parecer, en lo único que ha cambiado desde la salida de Donald Trump, ha sido en las caras que enfrentan la crisis.
Unidad y reconciliación…Biden lo quiere y necesita
En tercer lugar, y con una estrecha relación con el punto anterior, la poca unidad a nivel del Congreso deja entrever que el gobierno de EEUU está en un momento en el que no tiene espacio de maniobrabilidad para ejecutar proyectos de envergadura. Tanto dentro, como fuera del país.
Claro que si bien es cierto que esto podría desenredarse en el futuro cuando el paquete de reconciliación se apruebe, no es menos cierto que las grandes dilaciones en el proceso político no pasarán desapercibidas para la opinión pública. Ni para los rivales del país en el mundo. Que seguirán viendo oportunidades para proyectarse sobre la mengua de la imagen estadounidense.
De este modo, el Estados Unidos de Joe Biden se enfrenta a una crisis de poder que, incluso en el entorno internacional tan volátil, es resaltante.
Las instituciones del gobierno de EEUU deben pensar de forma realista y con objetivos claros como nación. Para dar frente a esta crisis y reinsertar y fortalecer al país en el gran concierto de naciones que integran nuestro mundo.
Fuente: Punchbowl News