La economía alemana se ralentizará en los próximos dos ejercicios, estimó hoy Berlín, que percibe que la demanda interna se consolida como principal acicate de su crecimiento en detrimento del sector exterior.
Según el pronóstico presentado este viernes, el producto interior bruto (PIB) de la mayor economía europea crecerá este año un 1,8 %, una décima más que lo estimado en la última previsión, por el efecto combinado de los esfuerzos para superar la crisis de los refugiados, el bajo precio del crudo y el tipo de cambio.
Sin embargo, Berlín proyecta en sus predicciones algo de sombra para los dos próximos años: reduce en una décima su estimación para 2017, hasta el 1,4 %, y estima que en 2018 el PIB avanzará un 1,6 %, ambas tasas por debajo de las del trienio 2014-2016.
"El crecimiento de la economía alemana es sólido", subrayó no obstante el ministro de Economía, Sigmar Gabriel.
A su juicio, estas cifras se deben, de una parte, a que en 2017 habrá más días festivos (lo que afecta a la productividad) y, de otra, al "entorno económico exterior es muy complicado", por el enfriamiento en China y América Latina, así como la lenta recuperación en Europa.
Además, la salida del Reino Unido de la UE, que por el momento ha tenido "efectos limitados" sobre Alemania, supondrá "consecuencias a medio plazo" para la mayor economía europea, auguró Gabriel.
Además, el pronóstico alemán espera que la creación de empleo mantenga su tendencia y que la población con trabajo se incremente en términos netos en 515.000 personas en 2017 y en 420.000 en 2018, lo que supondría un nuevo de 44,3 millones de personas con empleo, el décimo anual consecutivo.
El desempleo, por su parte, prolongará su caída en Alemania en los siguientes ejercicios -a pesar de la llegada de un millón de refugiados al país desde 2015- y se reducirá en unas 30.000 personas en cada uno de los dos siguientes ejercicios, manteniéndose así la tasa de paro por debajo del 6 %.
La cruz del buen comportamiento de la demanda interna es que las importaciones van a seguir creciendo con más fuerza que las exportaciones, con lo que el sector exterior, un puntal tradicional de la economía alemana, va a tener en los próximos años un "impulso neutro" en el PIB.
Con información de EFE