El 16 de diciembre de 1770 la historia de la música se enaltece con el nacimiento en la ciudad de Bonn, Alemania, de Ludwig van Beethoven un portentoso genio del arte musical que concebía como una herramienta para la paz, libertad, superación y felicidad de la humanidad.
El Político
Varios acontecimientos del siglo XVIII marcan la existencia del talentoso músico, entre estos el desarrollo del incipiente capitalismo, la revolución Industrial, el surgimiento de la modernidad en el arte, ciencia y tecnología y los nuevos Estados Nacionales en Europa con un renovado concepto de del rol del artista que ahora se profesionaliza.
Ideas de la Ilustración
No fue indiferente a la política sin ser un practicante de la misma. Su adhesión a esta ciencia social la hace por medio de la identificación con las ideas más avanzadas de su tiempo. Políticamente es un liberal partidario de las ideas de la Ilustración del siglo XVIII. Cree en el sistema parlamentario británico la cuna de la democracia liberal odiada por fascistas y comunistas. Es enemigo de toda forma de dictadura por lo que rompe con Napoleón cuando se proclama emperador autoritario en Francia.
Es más bien un declarado humanista a quien le preocupan los problemas del hombre. Por ello en su música manifiesta sus mejores deseos por el triunfo de la paz, amor, libertad y felicidad humanas. En uno de los versos de la Novena Sinfonía en Re Menor expresa esos solidarios sentimientos: “Todos los hombres serán como hermanos”. En aquel momento esa música tuvo un carácter revolucionario por auspiciar los cambios en la sociedad con el ascenso del sistema capitalista.
Una triunfante burguesía
Pero desde el enfoque social y político se identifica con la ideología de la triunfante burguesía de esos tiempos cuando el capitalismo avanzaba por el mundo. Inevitablemente esas ideas están presentes en su arte que lo convierten en un hombre progresista abierto a los necesarios cambios.
Beethoven nace cuando está en marcha en Europa la Revolución Industrial generadora de una diversidad de acontecimiento en el campo tecnológico, económico, político y cultural.
Al frente de ese fenómeno se encuentra la emergente burguesía en lucha contra el atrasado feudalismo. Es la lucha entre lo viejo y lo nuevo en que al final se impone la nueva clase social creadora del capitalismo
Por eso el artista es un representante, en lo ideológico y artístico, del estrato social en pugna por el cambio que la hace entonces revolucionaria.
Todos los hombres son hermanos
Ello es manifiesto en su célebre obra la Novena Sinfonía. En esa creación son manifiestos los sentimientos libertarios de la burguesía en ciernes cuando dice: “Todos los hombres serán como hermanos”. Es la realidad de los hechos que repercuten en el excelente músico de lo cual no puede evadirse.
Su caso rompe la regla sobre las condiciones en las cuales germina el genio. Beethoven va por la vía contraria a la convencional pues se desarrolla en un ambiente aparentemente diferente para que se materialice. Su genio campea contra viento y marea.
Su imagen, en las primeras de cambio, es la de un elemento perteneciente a las clases pudientes germanas lo cual de suyo no es incierto. Lo contrario al estereotipo establecido al respecto, es de origen humilde específicamente de una familia de raíces campesinas. Es más su apellido significa “granja remolacha” por el cultivo de las faenas agrícolas.
No pertenece a una familia de abolengo sino de condición pobre y humilde paro que alcanza ilustración tras superarse educativa y culturalmente. Se erige en profesional de la música en aquel ambiente rural y profundamente tradicional.
Aparentemente se trata de un ambiente no propicio para el desarrollo de un genio, pero pasa la prueba de la adversidad para triunfar como músico con inmenso talento.
Se nutrió de la Revolución Francesa
Beethoven es un artista del período Clásico de la música en que se registran importantes cambios aproximadamente en el siglo XVI. Entre estos tenemos la profesionalización de los músicos y compositores más la incorporación de la notación que contrasta con la música popular. De esa manera este arte se torna planificado con un plan científico del creador. Dichos cambios se negaron durante la Edad Media sumida en la estática cultural. Su tiempo político, cultural y social es el del Enciclopedismo que revoluciona las formas de pensar del hombre a partir de la Revolución Francesa de la cual nutre su ideario.
En consecuencia, se constituye en un oficiante de la música académica caracterizada por sus sistemáticos estudios diferente a la música folclórica afincada desde el pasado en la práctica sin mayores complejidades teóricas y técnicas.
La misma sintetiza las variadas corrientes del arte musical culto cuyos orígenes se ubican en las cortes europeas hecho para el disfrute de la élite dueña del poder económico, político y cultural.
Se trata de un músico académico con sistemáticos estudios desde su niñez que desde luego lo hacen un hombre privilegiado. Se trata de un artista de múltiples facetas con incursiones como compositor, interprete y director. Su obra abarca todos los géneros de la música clásica. Fusiona además versátilmente la música instrumental con la vocal.
Suscribe una concepción funcional y amplia de la música por medio de la cual recoge hechos de la vida real. Al respecto refiere su rol en la sociedad: “La música es una verdad, la mediadora entre la vida intelectual y la vida de los sentidos”. El arte de los sonidos como vaso comunicante en la existencia cotidiana del hombre más allá del conocido hedonismo.
La música clásica tiene su sello social pues cuenta con el auspicio-mecenazgo de la aristocracia, Iglesia y la naciente burguesía cuyos intereses representa.
No obstante, las fuentes de inspiración de sus obras son elementos y hechos propios del estrato social de los desheredados de la tierra, entre estos tenemos: las tabernas, los vagabundos italianos y las fiestas de carnaval. Los mismos llamaron la atención del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
Sus dramas personales
Siempre le angustió la condición de alcohólico de su padre y la tuberculosos que quitó la vida a su madre. El deceso de su progenitora lo afecta hondamente expresando sus lazos afectivos hacia ésta.
Ambos hechos fueron causas de sufrimiento constante para el maravilloso músico en una sociedad profundamente conservadora y cerrada hasta la incomprensión y el estigma.
La sombra mayor es la de la sordera que lo lleva al aislamiento social hasta la misantropía. La sordera aparece a los 26 años en 1796 para el resto de su vida. Al principio lo disimulaba haciendo creer que estaba distraído cuando se le abordaba.
Con todo, esa enfermedad nunca cejó en su creatividad. No se deja abatir por ese mal y lo enfrenta con una estratagema muy peculiar. Esa afección lo priva de escuchar y componer música de forma regular o convencional debiendo realizar el esfuerzo de hacerlo de otra manera lo cual constituye un verdadero desafío. Pone en marcha otros sentidos y la facultad de pensar para lograrlo. Curiosamente escucha la música, aunque estaba privado del oído.
La sordera lo hace un ser sufriente. No podía escuchar ni escribir música de forma confesional lo cual lo afecta. Por lo que debe componer de forma diferente en un proceso de profundidad interior como una especie de “trance” lo que representa un exigente desafío por el esfuerzo mental que debe realizar con la activación de los otros sentidos. Pero lo convierte en un misántropo de carácter áspero. Un genio aclamado y acogido por la época del Romanticismo en que encaja perfectamente.
Beethoven y Napoleón
En 1805, Viena cayó en manos francesas. Beethoven, aunque furioso por la situación, no podía evitar sentir admiración por el emperador.
"Napoleón preocupaba íntimamente a Beethoven –escribió más tarde Trémont– y habló mucho de él conmigo. Pese a todo su mal humor, pude darme cuenta de que admiraba al emperador y el modo en que había ascendido desde una posición tan baja".
La Sinfonía nº 3 de Beethoven se la dedica a Bonaparte. La tradición relata que el compositor la escribió en Viena en 1803 y que en un primer momento la tituló Sinfonía Bonaparte. Para entonces, Napoleón acababa de iniciar la guerra contra las potencias del Antiguo Régimen que asolaría Europa durante más de un decenio, pero para Beethoven aquel general extranjero era más un liberador que un invasor. Luego, al coronarse Bonaparte como emperador, Beethoven se arrepiente de dedicarle esta obra.
En Beethoven, el espacio musical se vuelve un espacio bélico en donde los temas se enfrentan, se transforman, se disgregan, luchan por afirmarse. De ahí surge ese tono enérgico y dramático de la materia sonora, ese impacto primordial que deja a los oyentes estupefactos y avasallados ante su música.
Un legado que perdura 250 años después de su natalicio en todos los géneros de la música que abarcó en vida en su condición de artista polifacético, a saber: interprete, compositor y director de orquesta. Un genio de la música perteneciente al dilecto cenáculo de los bíblicos hombres sal de la tierra.
Un legado con plena vigencia en este mundo globalizado y en constante cambio donde la música académica, popular y folclórica cobra democratización, masificación y universalidad. El urdidor de una estética del período Clásico de la música que, aunque pasto de una crónica sordera, sigue suscitando el interés y fascinación de la humanidad por la calidez de su humanismo.
Fuentes: ABC / National Geografic / El Impulso
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