La exministra de Economía de Indonesia, Sri Mulyani Indrawati (Bandar Lampung, 1962), es la mano derecha del presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim. La directora gerente del banco viajó a Buenos Aires para analizar el rumbo económico de Argentina y reunirse con el presidente Mauricio Macri. En esta entrevista con EL PAÍS, Indrawati aplaude las reformas de Macri y se muestra preocupada por el Brexit y por el hecho de que la globalización, de la que es una gran defensora por los beneficios que ha tenido por ejemplo en Asia, su continente, esté alentando algunos populismos. Para impedirlo, explica, hay que corregir su impacto para que los pobres no se queden fuera.
Pregunta. ¿Vamos hacia una nueva gran crisis?
Respuesta. Creo que todos reconocemos que la recuperación económica global no es tan fuerte como esperábamos. La caída del precio de las materias primas ha golpeado a muchos a los países exportadores de materias primas en Latinoamérica, en África y en parte de Asia. La economía global aún está débil y los países emergentes y en desarrollo, que habían sido el motor del crecimiento en los últimos años, sufren también esa debilidad. El sentimiento actual es que el riesgo de recesión es grande. Para Latinoamérica tenemos previstos dos años en crecimiento negativo en la región, algo sin precedentes en los últimos 30 años.
P. ¿Cómo va a afectar el Brexit a Europa y América Latina?
R. Uno de los mensajes es que existe un sentimiento contrario a la globalización y a la integración comercial y económica, que puede ser usado por políticos populistas y debilitar la capacidad de las economías para crecer, tanto en Europa como en América Latina. El segundo mensaje es que si disfrutas de un buen crecimiento, por ejemplo en Argentina por el boom del precio de las materias primas en la última década, tienes que procurar que tu crecimiento sea lo suficientemente inclusivo y no dejar fuera a una parte de la población. Nosotros estamos listos para apoyar a todos los países que sufren por la debilidad del crecimiento global y por la incertidumbre adicional por el Brexit.
P. En una entrevista reciente, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, decía que el populismo está creciendo por la globalización, por la competencia con Asia que tiene salarios más bajos. En Europa mucha gente ve que sus padres vivieron mejor que ellos y culpan a la globalización y a Asia.
R. En Asia también pasa eso. China, con sus salarios en alza, ¿puede competir? No, no puede, por eso enfrenta un desafío. La economía global se enfrenta siempre a estos retos. Cómo puedes hacer que tu población tenga la capacidad para ser competitiva y se pueda adaptar. Siempre hay beneficios de la globalización, como mejoras tecnológicas, informativas, en medicina, en la comida, pero al mismo tiempo sabemos que hay otra capa de esa globalización que no es beneficiosa para todo el mundo. No estoy diciendo que esto es fácil, pero decir que esto es por culpa de la globalización es un error, porque se niega el progreso que se ha hecho en las últimas décadas
P. ¿El Gobierno argentino de Mauricio Macri está haciendo las cosas como quiere el Banco Mundial?
R. Las políticas del Gobierno durante sus primeros seis meses han sido muy impresionantes. Argentina tenía que fortalecer su marco macroeconómico y, a la vez, hacerlo protegiendo a los pobres y este es exactamente el mensaje que apoya el Banco Mundial. La política de eliminación de las restricciones cambiarias, de las barreras comerciales y el pago a los fondos de inversión generó credibilidad. El Gobierno ahora reconoce que para estimular el crecimiento no hay que confiar solo en su economía doméstica, sino abrirse y desarrollar el potencial del sector privado. Esta es una elección estratégica del Gobierno y estamos dispuestos a apoyarla. Al mismo tiempo, para hacer frente a la debilidad mundial y regional, tienes que estar seguro de proteger a los pobres.
P. ¿El ajuste es demasiado duro? Según la Universidad Católica Argentina, en los primeros meses del Gobierno de Macri hay 1,4 millones de nuevos pobres.
R. Creo que los ajustes son siempre duros en cualquier economía. El Gobierno argentino considera que el ajuste es inevitable, porque tiene que restaurar la política macroeconomía para que sea creíble y sostenible, pero reconoce que el ajuste golpeará a un sector de la población y por eso combina el ajuste con medidas de protección, que es la manera correcta de actuar. Las tarifas subsidiadas se tenían que ajustar más a los precios de mercado y si hay escasos recursos, estos deben dirigirse al segmento que necesita más protección. El Gobierno va a extender la política de protección a los niños (la Asignación Universal por Hijo) a otros 1,5 millones de chicos que no estaban cubiertos antes.
P. Mucha gente en Argentina y Brasil teme que la apertura de mercados hunda la industria nacional, como pasó en los 90. ¿Qué les diría?
R. Creo que no puedes liberalizar tu economía sin tener en cuenta lo que va a significar para tu economía y tu población. ¿Por qué la industria local no puede ser competitiva? Si comparas Asia y América Latina verás diferencias en el nivel de educación de la gente y la productividad, también en la inversión en conectividad e infraestructuras, que aquí es mucho menor. Los responsables de las políticas públicas tienen que mirar a su propio país, a su sociedad y reformar la burocracia, mejorar la infraestructura para hacerla más eficiente e invertir en capital humano para así poder ser uno de los jugadores de la globalización, no una de sus víctimas. Tienes que elegir las políticas que permiten a tu población disfrutar del beneficio de globalización, pero tener una red de protección para proteger, porque la economía global no es siempre un lugar seguro.
P. ¿Brasil se hundirá o logrará salir adelante?
R. El peso de su economía es el más grande de Latinoamérica, así que lo que le pasa afecta a toda la región. Se ha visto que un mal gobierno y la corrupción no solo destrozan la confianza de la gente sino que también crean serios riesgos en tu economía. Brasil está yendo a través de un ajuste muy difícil y cuanto antes restaure la confianza de su pueblo y la certidumbre en su economía mejor le irá al país y a la región.
P. En algunos países ven al Banco Mundial como una institución que falló al mundo. ¿Qué les diría?
R. Nuestra institución es de 189 países, es realmente una institución global. No somos una institución de Washington que aterrizamos en un país y les decimos que tienen que hacer A, B y C. Aprendimos mucho en nuestros 70 años de existencia y ahora somos más humildes.
Con información de El Páis